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  • 6/12/2017
La fotografía post mórtem, también conocida como fotografía de difuntos, memento mori o retrato memorial, fue una práctica fotográfica habitual durante el buena parte del siglo XIX y principios del siglo XX. Esta práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales y fotografiarlo en un último retrato grupal junto a sus familiares, amigos o compañeros, o bien en solitario. Para entender este tipo de retratos -que en la actualidad a menudo son considerados como morbosos o, incluso, de mal gusto-, hay que comprender el momento histórico en que fueron realizados y el significado solemne que estas fotografías tenían entre los parientes más cercanos del fallecido, ya que éste, a menudo, se convertiría en el único recuerdo visual que dispondría la familia del fallecido y que permanecería entre ellos, en una época en la que, en el mejor de los casos, cada familia disponía tan sólo de unos pocos retratos o fotografías, o no tenía ninguno en absoluto hasta la muerte del difunto.

Categoría

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Creatividad

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