La función del massismo en la dinámica política argentina de hoy es su flagrante opoficialismo de dos caras: sólido aliado del Gobierno para votar en el Congreso, pero crítico en los medios de comunicación, las redes sociales y todas las apariciones públicas por fuera de la función legislativa. El macrismo pudo y puede imponer sus decisiones gracias al apoyo en el Congreso de legisladores justicialistas que fueron elegidos por el Frente para la Victoria, sobre todo en el Senado, y de otros alineados con Massa. Son los llamados “opoficialistas”. El macrismo y su la menguada representación parlamentaria del oficialismo no podría haber llegado a tanto sin el decisivo concurso de todos los sectores de la “oposición responsable y constructiva”, encarnada en Massa, Pichetto, Bossio y Urtubey; y buena parte de los gobernadores del PJ y los partidos provinciales.
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