Panamá, 11 abril 2015 (CERES TV / EFE)
La VII Cumbre de las Américas culminó hoy marcada por la histórica participación de Cuba y la renovación de las relaciones hemisféricas que ha traído aparejada, sin que ello impidiera críticas a EE.UU. por su "intervencionismo" en la región.
La presencia en el pleno de presidentes del líder cubano, Raúl Castro, ovacionado antes de iniciar un discurso de poco más de 40 minutos, y la reunión que posteriormente sostuvo con su colega de EE.UU., Barack Obama, fueron sin duda los momentos estelares de la cita hemisférica.
"Ya era hora de yo hablara aquí a nombre de Cuba", expresó Castro al abrir un discurso que ofreció emocionado, en el que calificó a Obama de hombre "honesto" y lo eximió de la responsabilidad de la política desarrollada contra la isla por los "10 presidentes" que lo antecedieron en la Casa Blanca.
Obama, que antecedió a Castro en el derecho de palabra, afirmó que su país "no será prisionero del pasado" con Cuba ni con la región, porque la "Guerra Fría ya terminó" y su interés está en "resolver problemas" trabajando y cooperando con toda América.
Con voz unánime los gobiernos de América Latina y el Caribe pidieron que la nueva era diplomática que supone el acercamiento de Washington y La Habana esté basada en el respeto al derecho internacional y al principio de no injerencia en los asuntos internos.
Ello a la luz de las renovadas tensiones entre Caracas y Washington a partir de la decisión estadounidense se aplicar sanciones a siete funcionarios de Venezuela y declarar a ese país una "amenaza".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvo ante el pleno de presidentes que Obama "ha cometido una agresión" con su decreto sobre la "amenaza" que supone su país, y le instó a derogar esa medida "irracional y desproporcionada".
El líder bolivariano recibió el espaldarazo de aliados como Cuba, Bolivia, Ecuador, Argentina, quienes repudiaron la política "intervencionista" de Estados Unidos y acusaron la violac
La VII Cumbre de las Américas culminó hoy marcada por la histórica participación de Cuba y la renovación de las relaciones hemisféricas que ha traído aparejada, sin que ello impidiera críticas a EE.UU. por su "intervencionismo" en la región.
La presencia en el pleno de presidentes del líder cubano, Raúl Castro, ovacionado antes de iniciar un discurso de poco más de 40 minutos, y la reunión que posteriormente sostuvo con su colega de EE.UU., Barack Obama, fueron sin duda los momentos estelares de la cita hemisférica.
"Ya era hora de yo hablara aquí a nombre de Cuba", expresó Castro al abrir un discurso que ofreció emocionado, en el que calificó a Obama de hombre "honesto" y lo eximió de la responsabilidad de la política desarrollada contra la isla por los "10 presidentes" que lo antecedieron en la Casa Blanca.
Obama, que antecedió a Castro en el derecho de palabra, afirmó que su país "no será prisionero del pasado" con Cuba ni con la región, porque la "Guerra Fría ya terminó" y su interés está en "resolver problemas" trabajando y cooperando con toda América.
Con voz unánime los gobiernos de América Latina y el Caribe pidieron que la nueva era diplomática que supone el acercamiento de Washington y La Habana esté basada en el respeto al derecho internacional y al principio de no injerencia en los asuntos internos.
Ello a la luz de las renovadas tensiones entre Caracas y Washington a partir de la decisión estadounidense se aplicar sanciones a siete funcionarios de Venezuela y declarar a ese país una "amenaza".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvo ante el pleno de presidentes que Obama "ha cometido una agresión" con su decreto sobre la "amenaza" que supone su país, y le instó a derogar esa medida "irracional y desproporcionada".
El líder bolivariano recibió el espaldarazo de aliados como Cuba, Bolivia, Ecuador, Argentina, quienes repudiaron la política "intervencionista" de Estados Unidos y acusaron la violac
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