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  • hace 11 años
Cisdniéster es un territorio que se separó de manera unilateral de Moldavia en 1990, una entidad solo reconocida por otras tres repúblicas separatistas. Jurídicamente, forma parte de Moldavia pero posee sus propias instituciones desde hace dos décadas.

Se estima que unos 200.000 de su medio millón de ciudadanos tiene pasaporte ruso. ¿Desearía que Cisdniéster hiciera como Crimea y se anexionara a la Federación Rusa?

Sergey, residente de Tiraspol:

“Personalmente, prefiero formar parte de Rusia porque nos sentimos más cerca, nací en Rusia, hablo ruso.”

Este deseo forma parte del mobiliario urbano, puede leerse en los laterales de los autobuses que circulan por la capital, Tiraspol.

Ludmila, residente de Tiraspol:

“La mejor solución sería unirse a Moscú y, no soy la única persona que lo desea, todo el mundo aquí piensa igual que yo.”

Ludmila, residente de Tiraspol:

“Por supuesto, que deseo que Cisdniéster forme parte de la Federación Rusa, porque mucha gente trabaja ya en Rusia, gracias a ella, muchas personas pueden mantener a sus familias mientras que Moldavia no nos da nada.”

Cientos de personas murieron tras la intervención de las tropas rusas en 1992. Desde entonces, al menos 1.200 soldados rusos permanecen en este territorio. Nos dirigimos ahora a Grigoriopol.

Alexey, un ingeniero retirado, nos muestra lo que queda de la fábrica de conservas de la región. Aquí llegaban a trabajar hasta 3.000 personas. Cuando Cisdniéster se independizó, los lazos económicos con Moldavia se resquebrajaron y la fábrica tuvo que cerrar.

Alexey Mocreac:
“La mayoría de los habitantes de la zona emigró a Italia, Rumanía, Estados Unidos, aunque la mayoría se fue a Rusia y Ucrania porque tiene familia allí.”

Cerca de 50.000 ciudadanos de Cisdniéster trabajan en el extranjero y envían dinero a sus familias. ¿Quién se atrevería a apostar por un Estado inexistente para la comunidad internacional?

Alexey Mocreac (habla en rumano):
“Para nosotros, el cierre de la fábrica fue una tragedia, el conflicto militar ha destruido toda nuestra economía, ha acabado cerrando las empresas.”

Alexey nos invita a su casa, en su jardín cultiva hortalizas y cría cerdos, la única manera de sobrevivir. Durante el conflicto armado, Alexey luchó contra los separatistas, su sueño, entonces, era Europa, no Rusia.

Alexey Mocreac:
“Quiero que mis nietos sean libres, quiero que puedan moverse con libertad, como nuestros antepasados hace siglos, que Europa les acepte, de manera pacífica.”

De vuelta a Tiraspol acudimos a una cita con el presidente de la Cámara Soviética, el autoproclamado Parlamento. Mikhail Burla ha llevado a la Cámara una resolución para que Rusia y Naciones Unidas reconozcan la independencia de Cisdniéster. El próximo paso sería la anexión de la República a la Fedeación Rusa.

Mikhail Burla (habla en ruso):
“Creemos que nuestro deber es honorar el deseo de la gente. Ese deseo prevalece sobre el principio de integridad de las fronteras proclamado en la declaración de Helsinki 1975. Insisto, nuestro deseo (la integración con Rusia) solo se llevará a cabo a través de vías pacíficas, no desemos más violencia.”

En cuanto a la identidad de Cisdniéster, ¿cómo se manifiesta? Un esbozo de respuesta la encontramos en este ensayo del grupo “Viorika” que se dedica a recuperar canciones y bailes tradicionales.

Hablamos con el director del grupo. Desde un punto de vista artístico, ¿cómo puede definirse la música folclórica de Cisdniéster?

Alexandru Galatsan:
“La esencia de la música, de sus melodías y la estructura de sus letras se parecen mucho a la música tradicional moldava.”

Viorika actúa, también, en el extranjero. Sus músicos poseen, como la mayoría de los ciudadanos de este territorio, doble pasaporte: ruso, ucraniano, moldavo, ya que los expedidos por las autoridades locales no tienen validez fuera de sus fronteras.

Boris Rosneritsa, coreógrafo de Viorika:

“Para mi, no existen fronteras, son ficticias, somos un solo pueblo, compartimos las mismas canciones, las mismas danzas aquí en Cisdniéster, en Moldavia y, también, en Rumanía. “

Hablemos, ahora, de negocios, el grupo Sheriff, con fuertes vínculos en el gobierno y en Rusia, está presente en casi todas las áreas del sector privado: supermercados, gasolineras, incluso, posee un equipo de fútbol.

El Fútbol Club de Sherriff ha fichado a jugadores brasileños y de otros países, también, apuesta por su cantera local. Dimitri forma parte de ella, su sueño: jugar en la liga rusa.

Dmitri Stazhila, portero del FC Sheriff, (habla en ruso):

“Nuestro equipo mejoraría si jugáramos en la liga rusa, problamente, nos llevaría tiempo alienarnos al nivel de los jugadores rusos, si finalmente nos integramos en la Federación Rusa, pero estoy seguro de que el Fútbol Club de Sheriff se convertiría en uno de los mejores equipos de la liga rusa.”

Para evitar un escenario a la ucraniana, la OSCE ha relanzado las negociaciones con Cisdniéster.

Esfuerzos que se topan con las prioridades

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