Buenos Aires, 15 mar (EFE), (Imagen: Enrique del Viso).- "Dígale sí a Francisco, dígale sí a Pancho" es la leyenda bajo la que voluntarios católicos regentan, con fines solidarios, un puesto callejero de panchos, nombre con los que se conoce en Argentina a los "hot dogs" y el apodo que también reciben todas las personas llamadas como el papa.
"Nosotros entendemos que este es un papa cercano y fuera de lo común. Lo llamamos cariñosamente Pancho, porque todos los Franciscos son Panchos acá en Argentina", explicó a Efe Juan Carlos Dasseville, que todos los días trabaja en el puesto ubicado en pleno centro de Buenos Aires.