Entre Líneas - Persecución al pensamiento crítico en Colombia
- hace 11 años
El pensamiento libre en Colombia, aquel no comprometido con la institucionalidad o con las prácticas comúnmente aceptadas por los círculos de poder, resulta costoso para quienes lo ejercen y lo expresan de manera pública, en los ámbitos políticos o sociales, pero también en los académicos.
Pensar diferente puede traer como consecuencia la persecución. Los casos se repiten contra investigadores, gestores culturales, líderes y otros intelectuales. Muchos figuran en las listas de asesinados en la historia reciente del país. Pero existen más mecanismos, y otros son fustigados y acosados, o anulados.
Durante muchos años, el Estado colombiano ha traslucido una política de persecución contra muchos intelectuales, que son envueltos en montajes judiciales complejos, o acusados de “rebelión” o “terrorismo”, y que luego de varios años recuperan la libertad por falta de pruebas, pero no se libran del estigma social.
Pensar diferente puede traer como consecuencia la persecución. Los casos se repiten contra investigadores, gestores culturales, líderes y otros intelectuales. Muchos figuran en las listas de asesinados en la historia reciente del país. Pero existen más mecanismos, y otros son fustigados y acosados, o anulados.
Durante muchos años, el Estado colombiano ha traslucido una política de persecución contra muchos intelectuales, que son envueltos en montajes judiciales complejos, o acusados de “rebelión” o “terrorismo”, y que luego de varios años recuperan la libertad por falta de pruebas, pero no se libran del estigma social.