Herr Von Schmitt, un joven músico, llega a Estados Unidos desde Alemania y se gana la vida enseñando violín. En Alemania se ha imbuido de las doctrinas de Karl Marx, el promotor de los principios comunistas del socialismo, el supuesto esquema utópico de cooperación universal que, con el tiempo y bajo el control de mentes intemperantes, se convierte en una anarquía absoluta. Sin embargo, Von Schmitt, que logra en un grado moderado procurar el consuelo de su arte, se está separando gradualmente de esa filosofía y hace oídos sordos a los persuasivos argumentos de sus antiguos compañeros. Entre sus alumnos se encuentra la señorita Helen Walker, hija de un hombre rico. Surge una fuerte amistad entre profesor y alumna, que madura en amor antes de que se den cuenta. Von Schmitt, incapaz de contenerse por más tiempo, le declara su amor durante una lección en su estudio y, por supuesto, debido a la disparidad de rango, es rechazado por el padre de ella. Enfurecido por la aparentemente irrazonable condición de los motivos del rechazo, escucha los argumentos de sus amigos anarquistas y se convierte en uno de ellos. En una reunión se realiza un sorteo para seleccionar a dos de ellos para asesinar a un determinado personaje importante, cuyo nombre desconoce. Por una fatídica casualidad es seleccionado como uno de los dos para realizar el crimen. Armados con una bomba se dirigen a la casa, una mansión en una zona próspera de la ciudad, y se cuelan en el sótano para colocar el artefacto infernal. Von Schmitt se queda afuera para vigilar. Mientras está allí la melodía de su propia composición de violín flota en el aire de la noche y, ascendiendo por la escalinata, mira por la ventana y contempla a Helen tocando el violín. La comprensión de lo que está a punto de suceder en un momento lo clava en el lugar. Esta es su casa; él nunca lo ha sabido ya que ella siempre acudía a su estudio para recibir sus lecciones. Para salvarla, debe actuar con rapidez. Al bajar al el sótano, encuentra que su compañero ha preparado la bomba y ya ha encendido la mecha. Le ruega que desista, pero en vano. A su súplica, el otro responde: "Recuerda tu juramento". "¡Al infierno con tales juramentos, que es de donde emanan!" y agarrándolo se produce una lucha terrible. El otro hombre logra dominarlo y atarlo de pies y manos dejándolo junto a la bomba para que muera junto con los otros. Con un esfuerzo sobrenatural se arrastra hacia la bomba y con los dientes parte la mecha en dos, cuando la mecha encendida está a unos pocos centímetros de la bomba. Pidiendo ayuda despierta a la familia que lo libera de sus ligaduras. Bueno, se puede adivinar como acaba la cosa. Así fue, y vivieron felices para siempre.