Cámara al Hombro - Lucha contra la megaminería en Colombia
  • hace 7 años
En Colombia se ha privilegiado el crecimiento económico enfocado hacia la producción y la expansión minera.

La ‘locomotora minera’ arrancó durante el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe y se ha mantenido durante el actual Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

Buena parte del territorio colombiano está concesionado, o en proyectos, o solicitudes. Sin embargo, en algunos territorios, algunas comunidades se están enfrentado y le están diciendo no a estos proyectos en curso.

Es el caso de Cajamarca, un municipio ubicado al centro del país, en el departamento del Tolima. A través de una consulta popular, lo habitantes de Cajamarca le dijeron no a un proyecto muy grande, La Colosa, que adelanta la multinacional sudafricana Anglo Gold Ashanti.

La Colosa sería la mina de oro más grande de Suramérica y una de las más grandes del mundo. La meta de esta mina es extraer 28 millones de onzas de oro, en una zona que es despensa agrícola y tesoro hídrico de Colombia.

La Colosa producirá inmensas cantidades de residuos tóxicos, millones de escombros, afectará más de 100 ríos y las cuencas hídricas de más de quince municipios, y tendrá un fuerte impacto ambiental.

Nos encontramos con Jefferson Rojas, él hace parte de un colectivo ambiental de jóvenes que viene trabajando con la comunidad en esa tarea difícil de informarle a la gente sobre lo que representa para ellos un proyecto como La Colosa, de la Anglo Gold Ashanti.

En el contexto del enfrentamiento entre la comunidad y la multinacional, los habitantes de Cajamarca participaron en una consulta popular y le dieron un no rotundo a la explotación minera. La oposición al proyecto obtuvo el 97 % de los votos, pero subsisten temores e interrogantes, en cuanto al cumplimiento de la voluntad popular por parte del Gobierno nacional.

Existen poderosos intereses económicos en juego. La multinacional ya anunció una batalla legal, y ronda el riesgo de una demanda internacional.

El Gobierno le restó importancia a la consulta para apaciguar las alarmas prendidas de las multinacionales con proyectos en marcha, a las que preocupa el precedente. En todo caso, Cajamarca representa un difícil momento para el Estaod.

El extractivismo minero-energético no fue tratado en los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero sin duda estará muy presente en las actuales conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Es de esperar que la consulta popular de Cajamarca conduzca al país a la reflexión acerca de un sector vinculado de manera directa con la ilegalidad y la violencia, y, en una palabra, con el subdesarrollo del país.

Colombia, como varios países latinoamericanos, sustenta buena parte de sus ingresos en las riquezas minerales y energéticas, lo que es una amenaza para el futuro y la frágil ecología del territorio.

Juan Alberto Sánchez Marín, Cajamarca (Colombia).