Belgrado, 27 oct (EFE)(IMAGEN: Snezana Stanojevic)
El arte de reparar plumas estilográficas es un trabajo de precisión que apenas tiene un siglo de vida pero que ya parece condenado a desaparecer en un mundo donde pocos son los que usan este instrumento y donde se escribe cada vez menos a mano.
"Es una artesanía que comenzó con el siglo XX. La artesanía de un siglo no es vieja. Y, sin embargo, la vida de ésta se acabó muy pronto", declara a Efe Milan Popovic, uno de los pocos reparadores de estilográficas que quedan en los Balcanes.
"Somos pocos los que podemos hacer el trabajo completo", cuenta Popovic, un ingeniero mecánico al que su entusiasmo por las estilográficas le alejó de su profesión para aprender el arte de repararlas.
Las premisas de toda reparación son "mucha paciencia y agua tibia" para, primero, limpiar a fondo la pluma y, luego, poder atacar el problema.
IMÁGENES:RECURSOS DEL ÚLTIMO TALLER QUE EXISTE EN BELGRADO PARA REPARAR PLUMAS ESTILOGRÁFICAS.
DECLARACIONES: DE MILAN POPOVIC, REPARADOR DE ESTILOGRÁFICAS