No hay fugas de radioactividad, pero sí peligro. Es la conclusión de un grupo de científicos rusos y noruegos que han estudiado el estado del submarino nuclear K-27, hudido en 1981 en el mar de Kara por una avería en uno de sus reactores. Aunque su interior fue sellado con un material que impide el contacto de sus componentes nucleares con el agua, según un experto alemán existe el peli... http://es.euronews.net/