El dolor de todo un país pesa en las alas de los aviones militares encargados de repatriar a los fallecidos en el autobús escolar que se estrelló el pasado martes en Suiza. Tras una breve ceremonia religiosa, los aparatos han despegado del aeropuerto de Sión dejando tras de sí una estela de conmoción y preguntas de difícil respuesta.