Bombardeados, humillados y luego aislados del resto de Irak, los residentes de Faluya han pagado el precio de la rebelión y de las dos grandes batallas que enfrentaron en 2004 al ejército de EEUU y a los insurgentes sunitas. Siete años después, están ansiosos por ver a las tropas estadounidenses salir de su país. Un informe de AFPTV.
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