Madrid, 31 jul (EFE).- Hace 20 años, los presidentes George Bush y Mijail Gorbachov, firmaban el primer Tratado de Reducción de Armas Nucleares Estratégicas, el START-1, que supuso el acuerdo de desarme más amplio de la historia.
Aquel tratado obligó a las dos superpotencias a desprenderse del 30 por ciento de las armas nucleares estratégicas desplegadas, que afectó a misiles balísticos intercontinentales con base terrestre (ICBM), con base en submarinos (SLBM) y bombarderos pesados (HB).
El tratado estableció para cada país una reducción de 10.000 a 6.000 cabezas nucleares.
Le siguió, en 1993, el fallido START-2 firmado por Bush y Yeltsin, un tratado que EEUU no ratificó y que Rusia abandonó.
No obstante, en abril de 2010, las dos superpotencias firmaron el Nuevo START.
Este acuerdo, con una vigencia de diez años, reducirá las cabezas nucleares a 1.550 por país y limitará a 800 los vectores estratégicos y a 700 los desplegados y activados.
El pasado mes de enero Rusia ratificó el nuevo tratado, destinado a mantener la paridad estratégica entre ambas superpotencias.
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