Esta mañana, la cuneta del camino - ahora de coches demasiado veloces - se convirtió en todo lo contrario. No era cuna de nada, sino ataúd de un raposo, que seguro bajaba a cazar entre las brozas del soto, donde el río hace meandros: mostolillas, ratas de agua; o quizás azules pollas de agua entre los carrizales... La primera impresión era que estaba al acecho. Miradlo: Me acerqué, y disparé mi "escopeta digital", para tomar un primer plano. Y me sorprendió su posición de estatua, y su falta de miedo, porque normalmente es huidizo. Pero estaba allí tranquilo, hasta relajado casi... Antes de que pasara lo que pasó para que yo lo pudiera ver así, sereno... , en un incierto momento certero, que le acarreó la muerte, había sucedido esto: La hermosura del zorro estaba rota en la cuneta, y su cuerpo se estaba hinchando con la muerte, mientras las moscas acudían a su velatorio, revoloteando...
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