ESTAMPAS LLANISCAS. 8.- LLUVIA OTOÑAL SOBRE EL CEMENTERIO DE BARRO. Lenta y calladamente la marea inunda la marisma. En la lejanía los truenos anuncian tormenta, las primeras gotas de lluvia lavan las tumbas del cementerio. En pocas horas la mar acariciará los muros del campo santo que como buque anclado, espera iniciar su singladura a ninguna parte. Una sintonía de rayos y truenos acompaña la torrencial lluvia vespertina.
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