Estados Unidos profundizó su giro restrictivo en materia migratoria esta semana: el gobierno de Donald Trump suspendió el procesamiento de solicitudes de inmigración para ciudadanos de 19 países, incluidos Cuba, Venezuela y Haití, y mantuvo prohibida la entrada al país para sus nacionales, a la vez que reforzó los requisitos de seguridad para el ingreso. La decisión, formalizada en un memorando del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), coincidió con el lanzamiento de un nuevo operativo federal en Nueva Orleans este miércoles, en el marco del creciente despliegue de fuerzas en las llamadas “ciudades santuario”, todas gobernadas por demócratas.
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