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  • hace 3 semanas

Categoría

Celebridades
Transcripción
00:00Durante la Segunda Guerra Mundial, Gibraltar era mucho más que una roca estratégica,
00:05era un escenario oculto de espionaje y sabotaje. Allí, dos jóvenes españoles asumieron un riesgo
00:12mortal, José Martín Muñoz, apenas un veintañero, y Luis López Cordón Cuenca, reclutados por los
00:19servicios secretos alemanes desde la línea. Martín Muñoz logró incendiar enormes depósitos de
00:25combustible en Cooling Island, un daño que los británicos ocultaron durante décadas.
00:31Cordón Cuenca, por su parte, intentó infiltrarse en los polvorines de Rugged Staff. Hoy están
00:37destartalados y abandonados, pero en su momento fueron uno de los mayores depósitos de munición
00:43de toda la roca. Ambos fueron detenidos, Cordón Cuenca en Line 1 Road, muy cerca de su objetivo,
00:50Martín Muñoz al intentar cruzar la frontera con explosivos escondidos. Tras un juicio rápido,
00:57fueron condenados a muerte. El 11 de enero de 1944, en el Castillo Moro de Gibraltar,
01:04el célebre verdugo británico Albert Pierre Point cumplió la sentencia. Hoy, en ese mismo
01:11recinto, descansan en tumbas sin nombre, olvidados por casi todos, dos piezas pequeñas de una guerra
01:18secreta que jamás eligieron. Y sin embargo, su historia sigue aquí, oculta entre los túneles,
01:25los polvorines y la memoria silenciosa del Peñón.
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