“El Canelo” aprieta las agujetas como si en ese nudo asegurara su destino, cada vez que remata a portería, siente que algo dentro de él se libera.
Juan Eduardo es uno de los 5,200 personas privadas de la libertad en el Centro de Readaptación Social El Hongo I, donde través del deporte, buscan mitigar algunos trastornos que agudiza el encierro como la depresión y la ansiedad.
00:00El canelo aprieta las agujetas de sus tacos como si con ese nudo asegurara también su destino.
00:25Entra a la cancha con el pie derecho y se persigna.
00:28Hoy no es un partido cualquiera.
00:30¿Un duelo a todo o nada?
00:32Juan Eduardo es una de las 5200 personas privadas de la libertad en el Centro de Redaptación Social El Hongo 1.
00:45El deporte aquí en el Cerezo nos ayuda porque nos hace salirnos un poquito del encierro en el que estamos.
00:51Nos ayuda mucho para no estar pensando en cosas malas o X.
00:55El encierro en sí es lo más complicado, estar en una celda y convivir con personas que tenemos diferentes carácteres.
01:03Eso para mí es lo un poquito complicado.
01:05Entre fintas, recortes y barridas limpias vuelve a los días en que, siendo niño, destacó en el Deportivo Tapia, uno de los clubes clásicos de Tijuana.
01:16Cada vez que remata a portería siente que algo dentro de él se libera.
01:20Juegué en Tijuana, es muy conocido el Romero Manso.
01:22Ahí me tocó jugar en categorías, desde las categorías inferiores de las chicas.
01:26Y ya de grande me tocó participar con un equipo en la segunda fuerza, se llama Deportivo Tapia, de contención y defensa central.
01:32Son las dos posiciones que juego.
01:33Siempre desde que llegué aquí quise participar en el campo, porque desde chico yo jugaba fútbol y despejamos la mente, jugamos, nos divertimos, convivimos también como una familia que somos aquí también.
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