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  • hace 20 horas
El centrocampista belga Amadou Onana había encargado unas botas especiales para jugar sobre césped artificial en Kazajistán, pero no llegaron a tiempo. Un empleado de la federación belga viajó a Kazajistán pocas horas antes del partido sólo para llevar los zapatos y que Onana se pudiera calzar, con la peculiaridad de que las botas eran de la talla 47.

Categoría

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Deportes
Transcripción
00:00Una de las anécdotas de los partidos de selecciones durante este parón para clasificarse para el
00:09próximo Mundial de 2026 la ha protagonizado Amadou Onana, centrocampista de la selección
00:15belga, pero el jugador de la Aston Villa estuvo a punto de no poder jugar o de al menos hacerlo
00:20de una manera que él no quería, con un calzado inadecuado. Y es que el estadio tenía césped
00:26artificial, por lo que Onana se pidió unas botas especiales para ello, con la peculiaridad
00:33de que calza un número 47, un número que es complicado de encontrar. Pues bien, Bélgica
00:39viajó a Kazajistán sin que a Onana le llegaran las botas y sin haber hecho otro pedido con
00:45la dirección del hotel en Astana, en la ciudad de Kazajistán. Tal fue el problema que la
00:53Federación belga mandó a un empleado a que viajara hasta Bélgica, cogiera las botas
01:00que ya habían llegado a Bélgica y volara hasta Kazajistán para llevarle solo las botas
01:05a Onana. El empleado de la Federación belga llegó justo a tiempo, unas pocas horas antes
01:13del partido y finalmente Onana pudo jugar con sus botas nuevas.
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