El centrocampista belga Amadou Onana había encargado unas botas especiales para jugar sobre césped artificial en Kazajistán, pero no llegaron a tiempo. Un empleado de la federación belga viajó a Kazajistán pocas horas antes del partido sólo para llevar los zapatos y que Onana se pudiera calzar, con la peculiaridad de que las botas eran de la talla 47.
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