La ardilla Surly y los animales del parque viven por todo lo alto, ocultos en el sótano de la tienda de frutos secos. Hay comida por todas partes y la vida es bella. A Andie le preocupa ese relajado estilo de vida. Piensa que los animales están perdiendo sus instintos y volviéndose perezosos, consentidos y gordos. Pero tras un increíble accidente, la tienda de frutos secos explota y les obliga a volver a buscar comida a Liberty Park. Desafortunadamente, el malvado alcalde de Oakton tiene otros planes para el parque. Ha trazado un plan para enriquecerse arrasándolo y construyendo en su lugar un ruidoso y peligroso parque de atracciones. Cuando llegan las excavadoras, Surly y los animales oponen resistencia, aterrorizando a los trabajadores y enviándoles de vuelta a la ciudad. Cuando el alcalde se entera de que por culpa de un puñado de bichos sus planes se han ido al garete, decide vengarse, y contrata a un escuadrón de control de animales dirigido por Gunther, para mantenerlos a raya de una vez por todas. Justo cuando parece que las cosas no pueden ir peor, Heather, la maniática hija del alcalde, secuestra a Precious, la mejor amiga de Surly, y la encierra en su casa con Frankie, un bulldog francés. Surly y su colega Buddy se aventuran en la ciudad para rescatar a Precious. Tras irrumpir en casa del alcalde y rescatarla, a su vuelta se encuentran con un parque de atracciones ya en funcionamiento. Es ahora o nunca. Surly y el resto de animales tienen que dejar de lado sus diferencias y luchar juntos para derrotar al alcalde y recuperar Liberty Park de una vez por todas.
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