Estaba hablando David Ricks, consejero delegado de la farmacéutica Lilly en el Despacho Oval, cuando un ejecutivo de la competencia, Gordon Findlay, de Novo Nordisk, se ha desplomado en directo, ante el grupo de periodistas que cubre a Donald Trump. El presidente estaba presente en la habitación, y seguía las intervenciones, de más de una hora, sentado tras su mesa y con evidentes dificultades para mantener su atención. “¿Gordon, estás bien?“, pregunto Ricks, mientras Findlay se desplomaba sobre sí mismo, y Robert Kennedy, secretario de Salud, salía rápidamente del despacho, en una reacción un tanto incomprensible. Los funcionarios de prensa de la Casa Blanca pidieron entonces a los reporteros que abandonaran el lugar.
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