En tiempos de ansiedad ante el avance de las inteligencias artificiales –ver el reciente caso de Tilly Norwood, la actriz artificial que puso a Hollywood en estado de alerta – El descubridor de leyendas merece destacarse como un primer caso notable. Superproducción china con un pie en el relato histórico y otro en los placeres del wuxia, los relatos de artes marciales clásicos, la película está protagonizada por dos versiones de Jackie Chan. Una de ellas encuentra a la veterana estrella hongkonesa con sus 70 años a cuestas, interpretando a un arqueólogo que descubre una serie de reliquias enterradas en tierras salvajes. El otro Jackie es otra cosa, un soldado durante las invasiones del Corredor del Hexi por parte de las hordas hunas, durante el reinado del emperador Wu, cien años antes del nacimiento de Cristo. El rostro del héroe es el de un joven Chan, pero no se trata de un típico caso de de-ageing digital, esa tecnología que permite rejuvenecer rostros y que puede apreciarse en películas tan distintas como El irlandés, de Martin Scorsese, o la segunda entrega de It.
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