El FOMO nos está haciendo perder la cordura. Pasamos horas decidiendo qué película ver, tenemos el salón lleno de libros por leer y nuestras listas de música son un sinsentido. Elena Sánchez tiene la teoría de que antes todo era más coherente. No mejor, pero sí más coherente. Antes, por ejemplo, la persona que escuchaba a Rosendo, a Miguel Ríos o ACDC, no pasaba la mopa por casa con Miguel Bosé de fondo. Ahora sí. Ahora pasas la aspiradora con Bosé, te duchas con los Who, vas en el metro con Daddy Yankee, cocinas con Valeria Castro, haces boxeo con Eminem, cantas con Rosalía y bailas con Bad Bunny. Estamos cuerdos de puritito milagro.
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