La hipocresía ya no solo de Pedro Sánchez, sino de todo el PSOE, es digna de estudio.
Los mismos que hace un año se negaron a cancelar la sesión en el Congreso para poder culminar su asalto a RTVE, con la connivencia de todas las bancadas de izquierdas y las independentistas, hoy se dan golpes de pecho y piden minutos de silencio.
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