00:00...Gabriel Soto de subirse a un ring a darse maracatazos.
00:06Y además un cariño, complicidad, confianza, química, entonces todo eso creo que lo aprovechamos para los personajes, para la historia.
00:16Y tendría que bajar algunos kilos o yo subir unos cuantos porque sí creo que la diferencia de peso, yo estoy muy delgado ahorita,
00:24empezaré 71, 70, no sé, y para eso yo creo que por lo menos tenemos que estar como nivelados.
00:32Entonces ahí veo una primera complicación y la segunda pues también estoy yo metidísimo con la música.
00:42Cuando hice de boxeador con Ringo tenía muchas ganas justo de que existiera algo como eso y pues no había.
00:51Y ahora que está, pues no sé, estoy también tan metido con la música, que mis tiempos son complicados,
00:59pero es padre porque además fui boxeador ahí por un tiempo y es una profesión muy bonita, demandante, hermosa el entrenamiento, entonces es muy padre.
01:11Claro, ¿se acuerdan que José Rón ya interpretó a un boxeador en una novela, en una novela de Lucero Suárez, el Ringo?
01:19Por eso Gabriel Soto que también, él, Gabriel Soto es, bueno, practica, ¿no? El deporte de manera.
01:24Como David Medrano, o sea, les gusta, les gusta, les gusta, entrenan.
01:28Sí, entrena boxeadores, entonces pues sí estaría padre un este, pues ahora, un, un, ¿cómo se dice? Un quite o ¿cómo se dice Esteban?
01:35Porque no es una pelea profesional.
01:37Es una pelea.
01:38Sí, bueno, un tirito, una pelea o lo que sea.
01:41No, no, no.
01:41Y vernos a los dos está padre.
01:43Pero imagínate con esas cajitas, no, con la gara, no.
01:46No, pero se tendría que poner careta, como en las peleas.
01:50Ay, no, con careta, ayer te decía como la quiso gala.
01:52Les ponen, les ponen careta y incluso puede haber caretas que también protegen la nariz, porque de repente si un golpazo así en la nariz, sí, sí.
01:59Te destroza.
02:01Bueno, y aparte Gabriel Soto y José Rón tienen mucha diferencia de estatura.
02:05Eso viven.
02:06No hay diferencia de estatura.
02:07Con la cara no, con la cara no, qué barbaridad.
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