¡Frontera al límite! Jucil alza la voz ante la desesperante situación migratoria en Ceuta. ¿Está la Guardia Civil abandonada a su suerte?
La falta de personal y medios, sumado a una normativa ineficaz y la escasez de apoyo gubernamental, crean un cóctel explosivo. Los agentes denuncian la falta de recursos para salvar vidas en el mar y controlar la frontera.
Se necesitan urgentemente más efectivos y mejores equipamientos para afrontar la crisis migratoria. La reivindicación es clara: el Ministerio debe actuar ya para evitar una tragedia mayor.
00:00Pues, a ver, lo vivimos con gran impotencia. Como ya hemos dicho muchas veces, estamos bastante escasos de personal, nos faltan medios para poder hacer nuestro trabajo y, claro, la normativa tampoco ayuda demasiado.
00:15Luego, el poco apoyo institucional del Gobierno a nosotros tampoco ayuda. Así, al final tenemos todo en contra. A nivel Guardia Civil, estamos escasos, como ya lo he dicho, de personal y nos harían falta en Ceuta solo unos 200 Guardias Civiles. En toda España, alrededor de unos 17.000.
00:34Luego, medios también estamos escasos, sobre todo, en este caso, embarcaciones y vehículos. Las embarcaciones de servicio marítimo constantemente tienen averías, no siempre disponen de buenas embarcaciones para hacer su trabajo.
00:47Pues, una sensación de, como ya lo he dicho antes, de impotencia. El sábado, por ejemplo, hubo unos 100 intentos de entrada. Si es solo una o dos patrulleras, como mucho, entenderá usted que es muy difícil poder salvar tantas vidas.
01:01De hecho, constantemente aparecen cuerpos de fallecidos en el mar porque es que se tiran sin conocimiento ninguno, muchos sin saber nadar. Sin serio, llevamos ya, no de ahora, cuando hubo el asalto, el salto masivo, que entraron entre 10 y 20.000 personas aproximadamente, ya estábamos diciendo que estábamos escasos de personal y de medios y seguimos igual.
01:25Sí, sí, el ministerio sabe todas nuestras reivindicaciones y constantemente se las hacemos llegar, pero, como ya le digo, dan la callada por respuesta, buenas palabras, pero luego realmente no hacen caso a lo que reivindicamos.
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