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#LaPromesa #avance #semanal
Avance semanal de ‘La Promesa’: El secreto de Enora del 15 al 19 de septiembre
Manuel sospecha que Enora oculta algo y la enfrenta... Avance semanal de 'La Promesa' del 15 al 19 de septiembre.
El otoño comenzaba a teñir los campos que rodeaban La Promesa con pinceladas de ocre y melancolía. Las mañanas eran más frías, el sol más pálido, y una sensación de cambio inminente flotaba en el aire, tan palpable como el humo de las chimeneas que se elevaba hacia un cielo de un azul cada vez más frágil. ...
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Transcript
00:00Avance semanal de Hal Promes, el secreto de Enora del 15 al 19 de septiembre. Manuel
00:16sospecha que Enora oculta algo y la enfrenta. Avance semanal de la promesa del 15 al 19
00:23de septiembre. El otoño comenzaba a teñir los campos que rodeaban la promesa con pinceladas
00:29de ocre y melancolía. Las mañanas eran más frías, el sol más pálido, y una sensación
00:36de cambio inminente flotaba en el aire, tan palpable como el humo de las chimeneas que
00:41se elevaba hacia un cielo de un azul cada vez más frágil. Pero el cambio que se cernía
00:47sobre el palacio de los Luján no era el de las estaciones, sino uno mucho más profundo
00:52y peligroso, tejido con los hilos de la ambición, el miedo y los secretos que, como raíces venenosas,
00:59se aferraban a los cimientos de la familia. La semana que se abría paso prometía desenterrar
01:05algunos de esos secretos, mientras otros, más oscuros aún, amenazaban con arrastrar
01:11a todos a un abismo del que tal vez no habría retorno.
01:16Lunes, 15 de septiembre. El cerco se estrecha. La mañana del lunes llegó con una luz gris
01:22que parecía presagiar la tormenta. En los pasillos de arriba, el silencio era
01:29denso, cargado de palabras no dichas y de miradas que pesaban como sentencias.
01:36Para Leocadia, el día comenzó con el sabor amargo del pánico. No había dormido, cada
01:42crujido del palacio en la noche le había sonado como los pasos de Lorenzo acercándose a la
01:46puerta de su hija, Ángela. Encontró al capitán de la mata en el salón del desayuno, solo ojeando
01:54un periódico con una calma depredadora. La forma en que dobló el papel al verla entrar,
02:02la sonrisa delgada y sin alegría que le dedicó, fue suficiente para que un escalofrío le recorriera
02:07la espalda. Leocadia, querida. Su voz era suave, casi un susurro, pero cortaba el aire como el filo
02:16de una navaja. Espero que hayas tenido una noche reparadora. Yo, por mi parte, he estado pensando.
02:26Y he llegado a la conclusión de que no podemos demorar más lo inevitable. Lorenzo, por favor.
02:31Comenzó ella, su propia voz temblando. No, no, escúchame. La interrumpió él,
02:40levantándose y acortando la distancia entre ellos. Olía a colonia cara y a peligro. Ángela debes
02:48saberlo hoy. Debes comunicarle mi más sincera y entusiasta aprobación para nuestro matrimonio.
02:55Quiero ver la alegría en sus ojos, aunque sea a través de ti. El tiempo de los juegos se ha acabado.
03:02Leocadia retrocedió un paso, chocando contra una pequeña mesa auxiliar. El tintineo de una
03:07figurilla de porcelana fue el único sonido que rompió la tensión.
03:13Ella no está bien, Lorenzo. Necesita tiempo. Su salud es delicada.
03:18Va, espetó él, su máscara de amabilidad cayendo por un instante.
03:22Pamplinas, la única enfermedad que padece tu hija es la indecisión, y para eso, mi querido amigo,
03:32tengo yo el remedio.
03:34O le comunicas la feliz noticia y empezamos los preparativos, o me veré en la obligación de.
03:43Digamos, indagar más a fondo sobre esa amistad tan particular que parece profesarle el joven curro.
03:48He oído rumores, susurros. Sería una lástima que un escándalo así manchara el buen nombre de los Luján, ¿no crees?
03:58El cerco no se estrechaba, se había cerrado por completo. Leocadia sintió que el aire le faltaba.
04:08Asintió, incapaz de articular palabra, y huyó de allí con el corazón martilleándole en el pecho, sintiendo la mirada de Lorenzo clavada en su nuca.
04:19Desesperada, buscó a la única persona en la que creía poder confiar, aunque hacerlo supusiera un riesgo monumental.
04:26Encontró a Cristóbal en su despacho, revisando los libros de cuentas con una concentración absoluta.
04:35El hombre había cambiado. Desde su ascenso a mayordomo, una nueva autoridad emanaba de él, pero también una frialdad que helaba la sangre.
04:46Cristóbal, necesito hablar contigo. Es urgente.
04:50Él levantó la vista, sus ojos oscuros e inescrutables la analizaron con detenimiento.
04:57Señora, estoy ocupado. Por favor. Su voz se quebró. Es sobre Ángela. Sobre Lorenzo.
05:04La mención de esos nombres captó su atención. Hizo un gesto para que cerrara la puerta.
05:11Durante los siguientes diez minutos, Leocadia se desmoronó.
05:15Con frases entrecortadas y lágrimas de pura impotencia, le contó la presión, las amenazas, el ultimátum.
05:21Cristóbal la escuchaba en silencio, su rostro una máscara de piedra. Al principio, la confusión era evidente en su mirada.
05:32No entendía la magnitud del pánico de Leocadia. ¿Por qué no ceder? Un matrimonio con el capitán, aunque desagradable, era una salida.
05:42No lo comprendo, señora. Dijo finalmente, con una calma exasperante. ¿Cuál es el verdadero problema? ¿Por qué este terror a que se celebre la boda?
05:53Leocadia se secó las lágrimas con el dorso de la mano, respiró hondo y lo miró a los ojos.
06:01El momento de la verdad había llegado. La carga era demasiado pesada para llevarla sola.
06:08El problema, Cristóbal, es que Ángela no puede casarse con Lorenzo. No puede casarse con nadie que espere de ella.
06:16Lo que un marido espera de una esposa. El mayordomo frunció el ceño, sin entender.
06:24¿A qué se refiere? Y entonces, Leocadia lo confesó todo. La verdad sobre la fragilidad de Ángela, el incidente del pasado que la había marcado para siempre, el motivo real por el que la había mantenido oculta y protegida del mundo.
06:39Una verdad que, de salir a la luz, no solo destruiría a su hija, sino que salpicaría a toda la familia de un modo irreparable.
06:51Cristóbal se quedó petrificado. El aire en el pequeño despacho se volvió irrespirable.
06:57La confesión de Leocadia colgaba entre ellos, terrible y desnuda. La miró, ya no con frialdad, sino con una mezcla de asombro y...
07:05¿Cálculo? Una mente como la suya ya estaba procesando la información, buscando ángulos, debilidades, oportunidades.
07:16La gran pregunta ya no era solo si podría idear un plan, sino qué beneficio sacaría él de todo aquello.
07:25Mientras tanto, en la zona del servicio, la vida seguía su curso, aunque también con sus propias tormentas.
07:31Pía había conseguido, con un esfuerzo titánico, crear una rutina que le permitía cuidar del pequeño Dieguito sin descuidar sus obligaciones.
07:43Lo llevaba consigo en un capazo, lo dejaba en un rincón tranquilo de la cocina mientras trabajaba, acudía a su lado al menor gemido.
07:51Ricardo la ayudaba en todo lo que podía, sus miradas de apoyo eran el único bálsamo para el agotamiento de pía.
08:02Sin embargo, esa mañana, mientras pulía la plata en el office, doña Petra pasó por su lado.
08:08Es conmovedor ver a una madre tan dedicada, dijo Petra, su voz destilando un veneno apenas disimulado.
08:19Pero este es un lugar de trabajo, no una guardería. El niño es una distracción. Y las distracciones, querida, pueden tener consecuencias muy graves.
08:28Un descuido, un tropiezo. Quién sabe, la amenaza velada dejó a Pía con un nudo en el estómago.
08:38Se dio cuenta de que la presencia de su hijo en el palacio no era solo un problema logístico, sino un arma que sus enemigos no dudarían en usar contra ella.
08:48En otro rincón del palacio, Teresa buscaba a Lope con el rostro desencajado por la preocupación.
08:53Lo encontró en el jardín, arrancando malas hierbas con una furia que no tenía nada que ver con la jardinería.
09:04Lope, tenemos que hablar. Dijo, su voz suave pero firme. No tengo nada de qué hablar, Teresa.
09:13Es sobre Vera, no puede seguir así. Y ella, ella no está bien. Lope se detuvo y se pasó una mano sucia por la frente, dejando un rastro de tierra.
09:23La miró, y Teresa vio en sus ojos un dolor tan profundo que le encogió el corazón.
09:30¿Qué quieres que haga? Apenas me mira, es como si fuera un fantasma para ella, desde que su hermano apareció.
09:37Ese es el problema. Confirmó Teresa, sentándose en el borde de una fuente seca. Ese Federico la tiene completamente anulada.
09:49Ya no ríe, no habla con nadie, solo obedece lo que él dice, como si fuera una marioneta.
09:54Ayer la vi en el pasillo, él le estaba hablando en voz baja y ella solo asentía, con los ojos llenos de miedo.
10:03Esto no es normal, Lope. La Vera que conocimos, la chica valiente y alegre que nos plantaba cara a todos, ha desaparecido.
10:16Lope golpeó la tierra con el puño. La quiero de vuelta. Juro que daría cualquier cosa por recuperarla, por entender qué demonios ha pasado.
10:24Pero cada vez que me acerco, levanta un muro más alto. Lo que Lope no sabía era que, en ese mismo instante, ese muro se estaba volviendo insalvable.
10:39Vera y Federico se habían reunido en un claro apartado del bosque. El rostro de ella era una máscara de resignación.
10:46He tomado una decisión, Federico. Dijo Vera, su voz apenas un susurro. Tienes razón.
10:54No puedo seguir huyendo. Volveré a casa. Le daré a padre otra oportunidad. Federico sonrió. Una sonrisa de triunfo que no llegó a sus ojos.
11:07Sabía que entrarías en razón, hermanita. Es lo correcto. La familia es lo primero.
11:14Pero eso significa. Continuó Vera, tragando saliva. Punto que tengo que cortar todos los lazos con este lugar.
11:21Para siempre, la sentencia de muerte para su relación con Lope había sido firmada.
11:29La tensión también escalaba entre los señores. Manuel, harto de la actitud de Cristóbal hacia sus protegidos, lo interceptó en el vestíbulo.
11:38Cristóbal, una palabra. Dígame, señorito Manuel. Quiero que le quede muy claro. Pía y Ricardo son intocables.
11:50Están bajo mi protección. No voy a tolerar ni una sola humillación más hacia ellos.
11:56Cristóbal enarcó una ceja, su rostro reflejando una insolencia que Manuel no había visto antes.
12:02Con todo el respeto, señorito, sus órdenes no significan nada para mí. Yo respondo ante el marqués.
12:12Y si tengo que acudir a él para que ponga orden en el servicio y deje claro quién manda aquí, créame que lo haré sin dudarlo.
12:21La declaración de guerra era abierta. Cristóbal no solo no se acobardaba, sino que desafiaba al heredero de la promesa en sus propias narices.
12:29Pía y Ricardo, que escucharon la conversación desde la distancia, intercambiaron una mirada de pánico.
12:39Sabían que Cristóbal había iniciado una vendetta personal contra ellos y que no se detendría ante nada.
12:46Pero la confrontación más brutal del día estaba aún por llegar.
12:49Catalina, que se había atrincherado en su antiguo despacho, negándose a ceder a las presiones de su familia, recibió una visita que no esperaba.
12:59La puerta se abrió sin previo aviso y la figura corpulenta y amenazante del varón de Valladares llenó el umbral.
13:08Catalina, querida, creí que era hora de que tuviéramos una charla. Privada.
13:13Su sonrisa era la de un lobo a punto de devorar a su presa.
13:16El aire se llenó de una amenaza tan densa que casi se podía cortar.
13:22Usted y yo no tenemos nada de qué hablar.
13:25Replicó ella, poniéndose en pie, tratando de que su voz no temblara.
13:29—¡Oh, yo creo que sí! —dijo el varón, avanzando hacia ella, obligándola a retroceder.
13:38—Creo que tenemos que hablar de tu futuro.
13:41—¡Oh, más bien, de tu falta de futuro en este palacio!
13:44—¡Escúchame bien, niña insolente!
13:50Te vas a marchar de la promesa.
13:52Y lo vas a hacer muy pronto.
13:53El ultimátum resonó en la habitación, tan frío y definitivo como el sonido de una losa de mármol al caer sobre una tumba.
14:04La jornada terminaba con un contrapunto casi surrealista.
14:07En la cocina, Toño, el hijo de Simona, no dejaba de hablar de sus planes de futuro con Enora.
14:16Sus ojos brillaban con la ilusión de un amor que él creía puro y verdadero.
14:20—¡Me ha dicho que cuando nos casemos, viviremos en una casita cerca del río!
14:25Manuel, le contaba a un escéptico Manuel, que había bajado a por un vaso de agua.
14:32Dice que quiere tener tres hijos y un jardín lleno de rosales.
14:36Manuel lo observaba, una punzada de lástima mezclada con una creciente sospecha.
14:42Bella la forma en que Enora miraba a Toño, la forma en que sus sonrisas nunca llegaban a sus ojos.
14:50Veía sus gestos evasivos, las conversaciones que cortaba abruptamente cuando él se acercaba.
14:56—Me alegro por ti, Toño —dijo, forzando una sonrisa.
15:02De verdad, pero mientras subía las escaleras, un pensamiento oscuro se instaló en su mente.
15:10Enora ocultaba algo, algo grande, y él, por el bien de Toño y de todos, iba a averiguar qué era.
15:16Martes, 16 de septiembre, el orgullo y la conjura.
15:23El ultimátum del varón de Valladares había dejado a Catalina sumida en un estado de furia y ansiedad.
15:30No había pegado ojo, dando vueltas en la cama mientras las palabras de aquel hombre retumbaban en su cabeza.
15:35La mañana la encontró pálida pero con una determinación de acero en la mirada.
15:42El varón no tardó en volver a la carga, encontrándola en la biblioteca.
15:49—Espero que hayas meditado sobre mi generosa oferta —dijo él, su tono burlón.
15:54—Te sugiero que empaques tus cosas.
15:56—Un carruaje puede estar listo esta misma tarde.
16:01Catalina se giró para enfrentarlo, sus ojos echando chispas.
16:07—¿Generosa oferta?
16:08—Usted lo llama oferta.
16:10Yo lo llamo un chantaje miserable.
16:12No me iré a ninguna parte.
16:15—Esta es mi casa.
16:16—Era tu casa.
16:18—corrigió él, acercándose peligrosamente.
16:21—Ahora las cosas han cambiado.
16:23—Pero seamos claros, la propuesta es que te vayas tú, sola.
16:29Tu marido y tus hijos pueden quedarse, por ahora.
16:34Disfrutando de la hospitalidad de los Luján, la vileza de la propuesta la dejó sin aliento.
16:41Pretendía separarla de su familia, aislarla, destruirla.
16:46—Usted es un monstruo, si se o ella.
16:48—Soy un hombre de negocios.
16:52—replicó él con una sonrisa gélida.
16:54—Y tú eres un mal negocio para esta familia.
16:59—Así que te lo diré una última vez.
17:01Márchate o aténgase a las consecuencias.
17:04—¡Jamás!
17:05—gritó Catalina, su voz resonando en la silenciosa biblioteca.
17:09—Prefiero morir aquí que ceder ante un gusano como usted.
17:14Su firmeza y su orgullo eran admirables, pero también la estaban colocando en el centro de una diana.
17:21Y las flechas no tardaron en llegar.
17:24Durante el almuerzo, el marqués de Aguinaga, un viejo amigo del varón, dejó caer el primer dardo.
17:30—Alonso, es una pena lo que está ocurriendo con los jornaleros.
17:36Comentó, mientras cortaba su faisán.
17:40—He oído rumores, rumores preocupantes.
17:44Señalan a alguien de tu propia familia como la instigadora de la revuelta.
17:50—Alguien con ideas.
17:52Demasiado modernas.
17:53Todas las miradas se volvieron hacia Catalina.
17:55Martina, su eterna rival, aprovechó la oportunidad.
18:02No me sorprende en absoluto.
18:04Catalina siempre ha tenido una simpatía inexplicable por la clase trabajadora.
18:10Quizás su ambición por gestionar la finca la ha llevado a cometer una imprudencia fatal.
18:16La presión era insoportable.
18:19Catalina se sintió acorralada.
18:20Pero en lugar de agachar la cabeza, explotó.
18:23—Mi ambición, replicó, su voz temblando de ira, dirigiéndose a Martina.
18:30¿Hablamos de ambición?
18:31¿O hablamos de tu patética obsesión por casarte con un título, sin importarte la felicidad de nadie?
18:38Al menos yo intento hacer algo productivo con mi vida, no solo conspirar en los salones.
18:42El escándalo fue mayúsculo.
18:47La discusión se extendió, y Catalina, llevada por la rabia, arremetió también contra su propio padre por su pasividad y contra otros miembros de la familia por su hipocresía.
18:57El clima en la promesa se volvió irrespirable, un campo de batalla donde cada palabra era un arma.
19:04Mientras tanto, en su forzado encierro, la angustia de Ángela crecía por momentos.
19:14La habitación se le antojaba una celda cada vez más pequeña.
19:17El aire viciado, la falta de sol, el miedo constante.
19:23Todo estaba haciendo mella en su ya frágil salud.
19:26Cuando su madre le llevó la comida, la agarró del brazo con una desesperación que asustó a Leocadia.
19:31—Mamá, no aguanto más. Siento que me ahogo. —suplicó, con los ojos llenos de lágrimas.
19:41—Por favor, te lo pido, deja que venga un médico. Solo para que me examine, para que confirme que estoy bien.
19:50—Necesito hablar con alguien que no seas tú o curro. Necesito saber que no me estoy volviendo loca.
19:55—Leocadia, al ver el estado de pánico de su hija, sintió una punzada de culpa.
20:02Su instinto era negarse, mantenerla aislada para proteger su secreto.
20:07Pero la mirada de Ángela, suplicante y aterrorizada, rompió sus defensas.
20:13—Está bien, hija, está bien. La calmó, abrazándola.
20:18—Buscaré un médico de confianza. Alguien discreto. Haré que venga mañana.
20:25En la zona del servicio, la guerra personal de Cristóbal contra Ricardo y Pía continuaba sin tregua.
20:30—El nuevo mayordomo, disfrutando de su poder, buscó a Ricardo en la despensa.
20:38—He estado pensando. Comenzó Cristóbal, con una sonrisa maliciosa.
20:43—En esa conversación que tuviste con el señorito Manuel.
20:47—Esa en la que le pediste que intercediera por vosotros. Fue un movimiento muy estúpido, ¿sabes?
20:55—Ricardo lo miró, perplejo y furioso. Yo no he hecho tal cosa. Jamás le pediría al señorito que se enfrentara a ti por mí.
21:05—Oh, no, Cristóbal se rió, una risa seca y desagradable. No me mientas. Sé perfectamente que fuiste tú.
21:13—Y desde ese momento, te la tengo jurada. A ti y a tu mujercita. Vais a aprender lo que es el respeto.
21:22Vais a aprender cuál es vuestro lugar. La amenaza era tan directa, tan cargada de odio, que a Ricardo se le geló la sangre.
21:32Se dio cuenta de que la lógica no serviría de nada con aquel hombre. Cristóbal no buscaba justicia, buscaba venganza por una ofensa imaginaria.
21:41La crueldad del mayordomo no pasó desapercibida. Samuel, el joven lacayo, que sentía un profundo respeto y afecto por Pía,
21:51la vio de rodillas, limpiando una mancha de vino que uno de los señores había derramado en el suelo del gran salón.
21:57La imagen de aquella mujer, tan digna y fuerte, humillada de esa manera, realizando una tarea muy por debajo de su categoría, lo destrozó por dentro.
22:08No dijo nada, pero la mirada de rabia impotente que le dirigió a Cristóbal, que observaba la escena desde la puerta con aire satisfecho, lo decía todo.
22:20La injusticia le dolía como si fuera propia. El malestar general parecía haberse contagiado también a Petra.
22:30Llevaba todo el día quejándose de un dolor agudo en el cuello. He ido al médico del pueblo. Les contaba a sus compañeras, mientras se masajeaba la zona.
22:39Dice que es una simple tortícolis. Simple, como si él tuviera que aguantar este suplicio.
22:48Su dolor se traducía en un humor de perros. Daba órdenes a gritos, criticaba el trabajo de todos y sembraba la discordia a su paso.
22:58El ambiente en el servicio era casi tan tenso como en el salón de los señores. Y en la cocina, la tensión era de otro tipo, más íntima y dolorosa.
23:09Simona y Candela, con su instinto infalible, notaron la nube negra que flotaba sobre Lope.
23:16¿Qué te pasa, muchacho? Le preguntó Simona, mientras removía un guiso. Tienes la misma cara que cuando se nos queman las lentejas.
23:26No me pasa nada. Masculló él. A nosotros no nos engañas. Insistió Candela. Esto tiene nombre de mujer.
23:35De Vera, para ser exactos. Justo en ese momento, Vera entró en la cocina a buscar un vaso de agua.
23:43La insistencia de las cocineras había puesto a Lope en una situación incómoda.
23:51¿Podéis dejar el tema, por favor? Dijo él, en voz alta, mirando a Vera de reojo.
23:57Solo nos preocupamos por ti. Replicó Simona. Vera, sintiéndose el centro de una atención que no deseaba, reaccionó con una frialdad cortante.
24:09Si de verdad os preocuparais, dejaríais de meteros donde no os llaman. Nuestros asuntos son nuestros y de nadie más.
24:17Vera, exclamó Lope, dolido por su tono. Ellas solo intentan ayudar. Pues no necesito su ayuda.
24:27Ni la tuya tampoco. Espetó ella, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. Dejadme en paz todos.
24:35Salió de la cocina dando un portazo, dejando tras de sí un silencio desolador. La discusión, lejos de arreglar nada, había abierto una brecha aún más profunda entre ellos,
24:48dejando a Lope con el corazón hecho pedazos y a Simona y Candela intercambiando una mirada de impotencia.
24:54Miércoles, 17 de septiembre, humillación y nuevos horizontes. El miércoles amaneció con una llovizna fina y persistente que parecía reflejar el estado de ánimo general en la promesa.
25:10Catalina seguía en pie de guerra, negándose a aceptar el chantaje del varón. Su desafío, sin embargo, solo servía para enfurecer más a sus enemigos.
25:19Leocadia, actuando quizás por orden del varón o por su propia y retorcida iniciativa, intentó una nueva táctica, la manipulación emocional.
25:32La encontró en el jardín de invierno, contemplando la lluvia. Catalina, hija. Comenzó con una voz melosa que a Catalina le revolvió el estómago.
25:44Sé que estás pasando por un momento difícil, pero debes pensar en el bien de la familia.
25:50Tu obstinación solo está causando problemas. Alonso está muy disgustado. Mi padre está disgustado porque un criminal le está diciendo lo que tiene que hacer en su propia casa y él no tiene el coraje de plantarle cara.
26:02Replicó Catalina, sin mirarla.
26:04No es tan sencillo, insistió Leocadia, acercándose. El varón es un hombre poderoso.
26:15Enemistarse con él podría traer la ruina a los Luján. A veces, la retirada es la opción más inteligente.
26:21Piensa en tus hijos, Catalina. ¿Quieres que crezcan en un ambiente de conflicto constante? ¿En una familia señalada y desprestada? Marcharte ahora podría ser el mayor acto de amor hacia ellos.
26:33La habilidad de Leocadia para retorcer la verdad, para presentar la cobardía como un sacrificio, era asombrosa.
26:42Pero Catalina no se dejó engañar. No intente manipularme, Leocadia. Sé perfectamente lo que pretende.
26:51Y no funcionará. El pulso entre las dos mujeres se mantenía, cada una defendiendo su territorio en una guerra silenciosa pero implacable.
27:02La guerra de Cristóbal contra Ricardo, sin embargo, era de todo menos silenciosa.
27:09Buscando nuevas formas de humillarlo, le encomendó la tarea más ardua y desagradable, limpiar los establos.
27:15Un trabajo reservado para los mozos, no para un hombre de su edad y antigua posición.
27:24Santos, el lacayo que se había convertido en el esbirro de Cristóbal, disfrutaba transmitiendo la orden.
27:32El mayordomo dice que quiere que los establos brillen, Ricardo, y que no descanses hasta que se pueda comer en el suelo. Dijo con una risa burlona.
27:40Ricardo apretó los puños y la mandíbula, pero asintió y se dirigió hacia los establos sin una palabra.
27:51La humillación era profunda, pero su dignidad le impedía darles la satisfacción de una queja.
27:58Pía, al enterarse, no pudo soportarlo. Se armó de valor y fue a buscar a Cristóbal a su despacho.
28:04Sabía que era arriesgado, pero no podía quedarse de brazos cruzados.
28:11Señor Cristóbal, con su permiso, dijo, entrando con respeto pero con firmeza.
28:18¿Qué quieres, Pía? Vengo a rogarle por mi marido. El trabajo que le ha encomendado.
28:25No es justo, él es un hombre mayor, ha servido a esta casa con lealtad durante años.
28:30Cristóbal la miró con frialdad. La justicia la imparto yo.
28:36Y tu marido está aprendiendo una lección sobre la insubordinación.
28:41No es insubordinación, es desesperación.
28:44Pía intentó apelar a su humanidad, si es que le quedaba alguna.
28:50Somos personas, señor. Tenemos sentimientos, sufrimos.
28:54Lo que le está haciendo a Ricardo es cruel.
28:56Le pido, por favor, un poco de compasión.
29:01Por un instante, pareció que sus palabras habían hecho mella.
29:07La mirada de Cristóbal vaciló. Pero fue solo un espejismo.
29:11La dureza volvió a su rostro, más impenetrable que nunca.
29:16La compasión es un lujo que no puedo permitirme.
29:19Ahora, vuelve a tu trabajo.
29:21Y si vuelves a interceder por él, las consecuencias serán para los dos.
29:24Pía se retiró, derrotada.
29:29El muro de crueldad de Cristóbal era infranqueable.
29:32La ruptura entre Lope y Vera había dejado un rastro de desolación.
29:38Apenas cruzaban palabra.
29:40En la cocina, durante la preparación de la cena,
29:43el silencio entre ellos era tan tenso que se podía cortar con un cuchillo.
29:46Si sus manos se rozaban al coger un utensilio,
29:52ambos se apartaban como si hubieran recibido una descarga eléctrica.
29:57Vera, además, había extendido su frialdad al resto de sus compañeros.
30:02Contestaba con monosílabos, evitaba las miradas y se aislaba en su propio mundo de dolor.
30:07Yana intentó hablar con ella.
30:11Vera, ¿estás bien?
30:12Si necesitas algo.
30:14Estoy perfectamente.
30:16La cortó Vera, con una dureza que sorprendió a Yana.
30:21Ocúpate de tus asuntos.
30:23El dolor la estaba convirtiendo en alguien que no era.
30:27En medio de tanta tensión, surgía un pequeño brote de esperanza.
30:30Manuel, junto a Abel y su nuevo socio,
30:36daban los primeros pasos con su empresa de aviación.
30:41Se reunieron en el hangar, rodeados de planos, piezas y el olor a aceite y a sueños.
30:49Bien, señores, dijo Manuel, con un entusiasmo contagioso.
30:54Tenemos el capital inicial, tenemos el taller.
30:57Ahora, la gran pregunta.
31:01¿Cuál será nuestro primer proyecto?
31:03¿Un avión de recreo?
31:04¿Uno de transporte ligero?
31:06¿Quizás un prototipo para carreras?
31:09La discusión que siguió fue apasionada y llena de energía.
31:12Por unas horas, lejos de las intrigas y el veneno del palacio,
31:16Manuel se sentía libre, dueño de su destino.
31:21Era un soplo de aire fresco en una atmósfera viciada,
31:24pero la oscuridad nunca estaba lejos.
31:28El varón de Valladares, frustrado por la resistencia de Catalina,
31:32decidió subir su apuesta.
31:36Su siguiente movimiento no sería una simple amenaza.
31:39Sería una acción calculada para demostrar que no iba de farol.
31:44Cruzó una línea roja, una que pondría en jaque en no solo el futuro de Catalina,
31:49sino la seguridad de toda la familia Luján.
31:51Y mientras el palacio dormía, ajeno al nuevo peligro que se cernía sobre ellos,
31:58el varón sonreía en la oscuridad, saboreando su poder.
32:01La pregunta ya no era hasta dónde sería capaz de llegar, sino quién sería su primera víctima.
32:08Jueves, 18 de septiembre.
32:13El precio de la rendición.
32:15La crueldad del varón de Valladares alcanzó un nuevo y aterrador nivel al amanecer del jueves.
32:20Catalina recibió un paquete.
32:24Dentro, un único objeto.
32:26Un pequeño zapato de su hijo menor.
32:30No había nota.
32:31No era necesaria.
32:32El mensaje era inequívoco,
32:34una amenaza directa y nauseabunda contra lo que más amaba en el mundo.
32:37El miedo, un miedo helado y visceral que nunca antes había experimentado, se apoderó de ella.
32:48La rabia, el orgullo, todo se desvaneció, reemplazado por la imagen de sus hijos en peligro.
32:56Temblorosa, con el pequeño zapato apretado en la mano, buscó al varón.
33:01Lo encontró desayunando tranquilamente, como si nada.
33:04Usted, su voz era un graznido ahogado.
33:09¿Cómo se ha atrevido?
33:10El varón la miró por encima de su taza de café, sus ojos brillando con un triunfo sádico.
33:18Solo es un recordatorio, querida.
33:20Un recordatorio de lo vulnerables que son algunas cosas.
33:25Los niños se pierden con facilidad, ¿sabes?
33:28Un descuido en el parque, una puerta abierta.
33:32Sería una tragedia.
33:34Catalina sintió que las piernas le fallaban.
33:36Se apoyó en la pared para no caer.
33:40Estaba rota, había perdido.
33:42¿Qué quiere que haga?
33:43Susurró, vencida.
33:45Lo que te pedí desde el principio.
33:49Te marcharás de la promesa.
33:51Hoy, más tarde, reunió a Adriano y a sus padres en el salón.
33:55Su rostro estaba desprovisto de toda emoción.
34:00Sus ojos vacíos.
34:02He tomado una decisión.
34:03Anunció, con una voz monótona.
34:06Me marcho de la promesa.
34:09La sorpresa fue general.
34:11Adriano no podía creer lo que oía.
34:15¿Qué, Catalina, después de todo lo que has luchado?
34:18¿Vas a rendirte ahora?
34:19¿Vas a dejar que ese hombre gane?
34:21No es una rendición.
34:25Mintió ella, incapaz de confesar la horrible verdad.
34:28Es una decisión estratégica.
34:32Necesito alejarme un tiempo, aclarar mis ideas.
34:36Nadie la creyó.
34:37Su cambio de actitud era demasiado drástico, demasiado repentino.
34:41Pero nadie, ni siquiera su marido, podía imaginar la naturaleza del chantaje al que estaba siendo
34:49sometida.
34:51Catalina, la indomable, se había visto obligada a doblegarse para proteger a sus hijos.
34:58Mientras el drama de Catalina llegaba a su punto más oscuro, Manuel se sentía cada
35:03vez más inquieto por Enora.
35:06Su comportamiento era cada vez más extraño.
35:08La vio hablando a escondidas con un hombre desconocido en la entrada de servicio, un
35:13hombre con aspecto rudo al que le entregó un pequeño fajo de billetes.
35:19La vio sobresaltarse cada vez que alguien entraba en la cocina de improviso.
35:23Sus sonrisas a Toño parecían más forzadas que nunca.
35:28Manuel decidió enfrentarla.
35:30La esperó en el pasillo que llevaba a las habitaciones del servicio.
35:35Enora, tenemos que hablar.
35:37Ella se puso pálida.
35:39¿De qué, señorito?
35:40De ti.
35:41De lo que sea que estés ocultando.
35:45Te he visto nerviosa, haciendo cosas extrañas.
35:48Toño es un buen hombre, no se merece que le mientan.
35:53Yo no estoy mintiendo.
35:55Replicó ella, a la defensiva.
35:57Quiero a Toño.
35:58No te creo.
36:00Dijo Manuel, su voz tranquila pero firme.
36:02Hay algo más, y te doy mi palabra de que voy a averiguar qué es.
36:08La amenaza quedó flotando entre ellos.
36:12Enora huyó, visiblemente asustada, dejando a Manuel más convencido que nunca de que estaba
36:18a punto de descubrir un secreto importante.
36:20La tensión general del palacio seguía afectando al servicio.
36:26Petra, con su tortícolis convertida en una excusa para su perpetuo mal humor, estaba más
36:31irascible que nunca.
36:32Se quejaba por todo.
36:36El polvo en los muebles, el ruido en la cocina, la lentitud de las doncellas.
36:43Es que nadie en esta casa sabe hacer su trabajo.
36:46Bramaba, haciendo que todos caminaran de puntillas a su alrededor.
36:51Si no fuera por mí, esto sería un caos.
36:54En la cocina, ajenos al drama de Petra, Simona y Candela alimentaban sus propias esperanzas.
37:03La noticia de la posible boda de Toño y Enora se había extendido, y Simona ya soñaba despierta.
37:11¡Ay, Candela, te imaginas?
37:13Mi Toño, un hombre casado.
37:16Decía, con los ojos brillantes.
37:20Con una muchacha tan guapa como Enora, le dará nietos, tendremos la casa llena de alegría.
37:27Su ilusión era tan genuina que resultaba doloroso escucharla, sabiendo las sospechas
37:32que pesaban sobre la futura novia.
37:36Pero la alegría de Simona contrastaba fuertemente con la profunda crisis de Vera.
37:41La joven se había encerrado en sí misma de tal manera que ya ni siquiera aceptaba la
37:45compañía de sus amigos.
37:46Cuando Yana se sentó a su lado durante la cena del servicio, Vera se levantó y se fue
37:53sin decir una palabra.
37:56Su soledad era un abismo cada vez más profundo, y nadie parecía tener la cuerda para sacarla
38:01de él.
38:01La peor noticia del día, sin embargo, fue para Pía.
38:08Cristóbal, en su escalada de crueldad, la citó en su despacho.
38:14Su rostro reflejaba una satisfacción gélida.
38:17Pía, he estado revisando las necesidades de personal de las otras fincas del Marqués.
38:24En el palacio de Aranjuez necesitan una doncella de su experiencia.
38:28Se trasladará usted allí la semana que viene.
38:32Pía se quedó sin aire.
38:34Aranjuez, pero, ¿y mi hijo?
38:36El niño se quedará aquí, por supuesto, dijo Cristóbal, como si fuera lo más obvio
38:41del mundo.
38:44No podemos trasladar a un bebé por un simple cambio de personal.
38:48Estará bien cuidado en la inclusa del pueblo.
38:52La palabra inclusa fue como una puñalada en el corazón de Pía.
38:56Separarla de Dieguito.
38:59Arrancarle a su hijo.
39:00Era una crueldad tan inimaginable, tan desproporcionada, que Pía se derrumbó.
39:07Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras suplicaba.
39:10No, por favor.
39:12Todo menos eso.
39:15Haré lo que sea.
39:16Trabajaré el doble.
39:17Limpiaré los suelos con la lengua si es necesario.
39:22Pero no me separe de mi hijo.
39:24Se lo suplico.
39:25Mi decisión es firme.
39:27Dijo Cristóbal, impasible ante su dolor.
39:30Empiece a hacer sus maletas.
39:34La orden, fría e implacable, era una sentencia de muerte para el alma de Pía.
39:41Lejos de allí, en un rincón secreto del jardín, Curro y Ángela se encontraban por
39:46unos breves instantes.
39:47Su amor era un refugio, un pequeño claro de luz en medio de tanta oscuridad.
39:54Pero incluso allí, las sombras acechaban.
39:57Tengo miedo, Curro, confesó Ángela, aferrada a él.
40:03Miedo de mi madre, de Lorenzo.
40:06De todo, mientras estemos juntos, no tienes nada que temer.
40:11Le aseguró él, besándola con ternura.
40:13Pero el peligro era más real de lo que imaginaban.
40:18Esa misma tarde, Lorenzo volvió a presionar a Leocadia.
40:21—¿Y bien?
40:24¿Has hablado ya con tu hija?
40:25Preguntó.
40:26—Sí, pero necesita tiempo.
40:29—Se nos acaba el tiempo, Leocadia.
40:31La interrumpió él, su voz volviéndose siniestra.
40:35—Y he estado observando.
40:37Esa amistad entre tu hija y el joven Luján.
40:40Parece, muy cercana.
40:43—Demasiado cercana, diría yo.
40:45Asegúrate de que no haya nada que pueda interferir en nuestros planes.
40:48O la interferencia será eliminada.
40:53Permanentemente, la amenaza ya no era velada.
40:56Era una promesa.
40:59Viernes, 19 de septiembre.
41:02El velo rasgado.
41:03El viernes llegó cargado de una electricidad dominosa.
41:08Era un día de revelaciones, el día en que los secretos, cuidadosamente guardados,
41:13saldrían a la luz con la fuerza de un torrente.
41:16Manuel no había dejado de pensar en Enora.
41:21La determinación de descubrir su secreto se había convertido en una obsesión.
41:27Decidió que la confrontación directa no había funcionado.
41:30Necesitaba pruebas.
41:32Recordó haberla visto guardar con mucho celo una pequeña caja de madera que mantenía bajo su cama.
41:37Aprovechando un momento en que todo el servicio estaba ocupado con los preparativos para una cena importante,
41:45se deslizó en la humilde habitación que ella compartía con otras doncellas.
41:49Con el corazón latiéndole con fuerza, encontró la caja.
41:55No estaba cerrada con llave.
41:58Al abrirla, su contenido lo dejó sin palabras.
42:01No había cartas de amor de Toño ni recuerdos de una vida pasada.
42:04Dentro había recortes de periódico, todo sobre la misma persona.
42:10El duque de Belmonte, un noble conocido por su inmensa fortuna y sus escándalos.
42:15Y junto a los recortes, una carta a medio escribir, dirigida a un tal Jacinto, en la que Enora detallaba su plan.
42:26El hijo del cocinero es un idiota crédulo.
42:29Cree cada palabra que le digo.
42:30El matrimonio es inminente, y una vez que sea su esposa, tendré acceso a la casa, a sus rutinas.
42:38El plan del duque para vengarse de los Luján por esa vieja afrenta de tierras se cumplirá a través de mí.
42:45Solo necesito un poco más de tiempo para ganarme la confianza de todos.
42:49Manuel sintió un vértigo.
42:53Enora no era una simple doncella enamorada.
42:56Era una espía, una impostora enviada por un enemigo de su familia para hacerles daño desde dentro,
43:01utilizando al pobre Toño como un peón en su juego.
43:06Con la carta en la mano, buscó a Enora.
43:09La encontró en la lavandería, sola.
43:11No le dio tiempo a reaccionar.
43:12El duque de Belmonte, dijo Manuel, su voz fría como el hielo, mostrándole la carta.
43:22¿Ese es tu futuro, Con Toño?
43:24¿Convertirlo en el tonto útil de una venganza?
43:27El rostro de Enora se descompuso.
43:31El pánico se apoderó de sus facciones.
43:33Intentó negarlo, balbucear excusas, pero la evidencia era irrefutable.
43:38Usted no entiende, yo, entiendo perfectamente.
43:44La cortó Manuel, su rabia creciendo.
43:49Has estado jugando con un hombre bueno, con toda una familia.
43:53Se acabó el juego, Enora.
43:56Por favor, no diga nada, suplicó ella, cayendo de rodillas.
44:00Me matarán si fracaso.
44:04Deberías haber pensado en eso antes de empezar a mentir.
44:07Sentenció Manuel, dándose la vuelta para ir a contárselo todo a sus padres,
44:12dejando a Enora temblando en el suelo, su mundo derrumbándose a su alrededor.
44:18Mientras tanto, la decisión de Catalina de marcharse había sumido a la familia en un estado de confusión y tristeza.
44:24El carruaje esperaba en la entrada.
44:29Se despidió de sus hijos con un abrazo que contenía todo el dolor del mundo,
44:33susurrándoles al oído que volvería pronto, una mentira que le desgarraba el alma.
44:40Su despedida de Adriano fue fría y distante,
44:43incapaz de mirarlo a los ojos por miedo a derrumbarse y confesarlo todo.
44:47Cuando subió al carruaje y las puertas se cerraron,
44:52el varón de Valladares la observaba desde la ventana del salón,
44:56una copa de brandy en la mano y una sonrisa de victoria en el rostro.
45:01Había ganado.
45:02Había quebrado a la mujer más fuerte de la promesa.
45:05La devastación de Pía era de otro tipo, más silenciosa pero igual de profunda.
45:12La idea de ser separada de Dieguito la estaba consumiendo.
45:15Ricardo intentaba consolarla, pero no había palabras para un dolor tan grande.
45:22Lucharemos, Pía.
45:24Le decía, abrazándola mientras ella lloraba desconsoladamente.
45:28No dejaré que te lo quiten.
45:32Encontraremos una solución.
45:34Pero ambos sabían que sus opciones eran limitadas.
45:37Estaban a merced de la tiranía de Cristóbal.
45:41La amenaza de Aranjuez y la inclusa pendía sobre ellos
45:44como una espada de Damocles.
45:48El secreto de Leocadia también estaba a punto de estallar.
45:51Presionada por la amenaza directa de Lorenzo contra Curro
45:54y con la inminente llegada del médico que había prometido a Ángela,
45:58se sentía atrapada.
46:01Sabía que un médico de verdad descubriría inmediatamente
46:04la naturaleza del problema de su hija.
46:06En su desesperación, volvió a recurrir a Cristóbal.
46:12Lorenzo sospecha de Curro y Ángela.
46:16Ha amenazado con eliminarlo, confesó, al borde de la histeria,
46:21y he prometido a Ángela un médico.
46:23No sé qué hacer.
46:26Cristóbal, que había estado pensando desde su última conversación,
46:31finalmente reveló su plan.
46:34Un plan audaz, arriesgado y terriblemente maquiavélico.
46:38Hay una forma de solucionarlo todo, señora, dijo, su voz baja y conspiradora.
46:44Una forma de librarse de Lorenzo para siempre,
46:49proteger a su hija y asegurar su futuro.
46:53Pero requerirá un gran sacrificio y su total confianza en mí.
46:58Leocadia lo miró, sus ojos llenos de miedo y una pizca de esperanza.
47:04No preguntó cuál era el sacrificio.
47:06En ese momento, estaba dispuesta a pagar cualquier precio.
47:09La semana terminaba así, con un secreto revelado que sacudía los cimientos del servicio,
47:16y otro, aún más oscuro, a punto de ser ejecutado en las sombras.
47:23Catalina se marchaba al exilio, dejando tras de sí un vacío y una victoria para el mal.
47:30Pía y Ricardo se enfrentaban a la perspectiva de una separación insoportable.
47:34Y Manuel, con la verdad sobre Enora en sus manos, se preparaba para una guerra que no sabía que acababa de empezar.
47:43La promesa se hundía un poco más en sus propias intrigas,
47:46mientras el sol de septiembre se ponía, tiñendo el cielo de un rojo sangriento,
47:51como un presagio de las lágrimas, la traición y el dolor que aún estaban por llegar.
47:56¡Gracias!
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47:58¡Gracias!
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