El sermón de hoy va de rabiosa actualidad, porque gira en torno al asesinato de Charlie Kirk y de puntualizaciones. Sobre la violencia, el crimen y la brutalidad. ¿Sabían ustedes que casi la totalidad de los grandes atentados perpetrados en el mundo en el último medio siglo han tenido como protagonistas a musulmanes y se hicieron al grito de Alá es Grande? 11-S, 11-M, la discoteca Bataclan, la escuela rusa en Beslán, la masacre del 7 de octubre en Israel… ¿Son conscientes también de que la inmensa mayoría de los asesinatos de los que han sido víctimas dirigentes políticos en las últimas décadas —empezando por Aldo Moro y terminando por Rajiv Gandhi— han tenido detrás a tipos u organizaciones de izquierdas? En España, a lo largo de nuestra historia, han sido asesinados seis presidentes de Gobierno: Prim, Cánovas del Castillo, Canalejas, Dato y Carrero Blanco. Todos, sin excepción, ejecutados por izquierdistas de diverso pelaje, incluyendo por supuesto a los matarifes de ETA en el último caso. Lo mismo con los Reyes, desde el que sufrieron Alfonso XIII y Victoria Eugenia el día de su boda a los que apuntaban contra Alfonso XII o Alfonso XIII y el que urdieron los etarras contra Juan Carlos I. ¿Qué quiero decir con esto? Algo muy simple: que la violencia suele venir casi siempre del mismo lado. Tanto cuando es bestial y muy intensa o cuando llega larvada y de costado. Los parientes de los asesinos vascos solían venir a Madrid a las puertas de Audiencia, cuando se juzgaba a los facinerosos y no recuerdo un caso en que fueran agredidos por los viandantes. Tampoco soy capaz de enumerar ocasiones en que políticos, escritores o periodistas progres hayan sido hostigados, atacados y censurados en una universidad. Ni aficionados del Barça o del Athletic a los que se haya impedido a trompazos lucir una camiseta o una bandera en un campo de fútbol español y estoy de ver como hasta se agrede a en el Camp Nou o se impide la entrada a un hincha con la bandera española o el escudo del Real Madrid. En esto, como en muchas otras cosas, no todos somos iguales y mi duda, un día como hoy, viendo la foto de la bella mujer de Kirk con su hijo de un año y su hija de tres, es si eso es bueno o malo.
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