La defensa de Jair Bolsonaro se guardaba una sorpresa para el cierre del alegato en el que este miércoles ha reclamado a los jueces del Tribunal Supremo que lo absuelvan de liderar un intento de golpe de Estado. Uno de sus abogados ha echado mano del famoso caso Dreyfus —en referencia a la acusación errónea de un militar judío por espionaje en la Francia de principios del XX— para enfatizar que “no hay una sola prueba” que incrimine a expresidente. El mandatario, que afronta una pena que supera los 40 años, ha preferido seguir desde su casa esta segunda sesión.
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