En un acto íntimo en Valdebebas, Lucas Vázquez puso punto final a diez temporadas con el Real Madrid.
A pesar de encontrarse de vacaciones tras sus compromisos internacionales, Kylian Mbappé y Andriy Lunin fueron los únicos miembros de la primera plantilla que interrumpieron su descanso para acompañar al canterano en su despedida.
Marcelo Vieira y el presidente Florentino Pérez también se hicieron presentes, pero el resto de compañeros decidió no asistir.
Con 402 partidos disputados y 23 títulos –incluidas cinco Champions League–, Vázquez ofreció un emotivo discurso en el que destacó el apoyo de la afición y la importancia de su familia: su esposa Maca, sus padres y su hermano Mateo.
La presencia exclusiva de Mbappé y Lunin no ha pasado desapercibida y ha encendido el debate entre los aficionados, que cuestionan el compromiso y la cercanía del resto de la plantilla con uno de los veteranos del club.
Aunque este gesto reafirma el respeto hacia uno de los iconos más discretos del madridismo, muchos se preguntan por qué otros futbolistas no replicaron ese ejemplo.
El gallego cerró su intervención agradeciendo al club por permitirle “cumplir un sueño” y dejó claro que, aunque se marcha, el Real Madrid “nunca se irá de mí”.