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Rafael Pérez Gay hoy nos habla sobre la herramienta favorita de los escritores del siglo XX, la máquina de escribir. 


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Transcripción
00:00...quiénes y cuáles escritores la usaron y para qué obras.
00:11Bienvenidos a La Otra Aventura, un espacio dedicado al mundo de los libros.
00:18El escritor George Steiner escribió que nacemos entristecidos por nuestra incapacidad
00:23de trasladar nuestro complejo mundo interior a las palabras.
00:27En el transcurso de la historia de la literatura han surgido poco a poco herramientas
00:33que permiten franquear esa imposibilidad, por lo menos desde sus dificultades técnicas.
00:40El siglo XX quedó marcado definitivamente por una de ellas, la máquina de escribir,
00:46un objeto que significó la revolución del pensamiento y la proliferación de la escritura,
00:51una máquina que sus operadores transformaron en un objeto mítico,
00:55mítico. La máquina de escribir portátil Hermes de John Steinbeck,
01:00que hoy en día está expuesta en su museo de California,
01:03tiene una inscripción en la parte trasera.
01:05El autor estadounidense grabó ahí, con un objeto afilado, una sola frase,
01:10la bestia interior.
01:12Paul Auster se aferró hasta el final de sus días a su Olimpia,
01:15por una máquina muy parecida a esta, a esta que tengo aquí.
01:18Una Olimpia a quien se refería como un ser frágil y sensible,
01:24uno de los últimos artefactos que quedaban del Homo Escriptorius del siglo XX.
01:30En 1952, Ian Fleming, creador del personaje, usted lo sabe, más famoso de todos los tiempos,
01:36de James Bond, había terminado de escribir Casino Royale
01:40y encargó a su representante en Nueva York una Royal Quiet Deluxe.
01:47Una máquina de escribir dorada que le llegó desarmada y de contrabando a su residencia de Londres
01:54e hizo de su instrumento de trabajo una especie de ídolo pagano.
01:58Hemingway solía decir que su máquina era dura como un whisky helado.
02:02El escritor mexicano Carlos Fuentes quedó con el dedo índice de la mano derecha
02:08totalmente torcido, pues era el único dedo de los diez que usaba para teclear.
02:12Todos los escritores han tenido una relación particular con ese escarabajo de metales y botones
02:18que apareció hacia finales del siglo XIX y se fue adueñando de los escritorios
02:22y también de los escritores.
02:25Les recuerdo que fue Adolfo Bío y Casares quien escribió que la era la otra aventura
02:29y que la primera era probablemente la vida misma.
02:31Estamos, pues, en la otra aventura.
02:42En el tomo 5 de la obra periodística de Gabriel García Márquez
02:46se puede encontrar el artículo que el escritor colombiano entregó a la redacción de El Espectador
02:51para su publicación el 7 de julio de 1982
02:55y que lleva por título El amargo encanto de la máquina de escribir.
03:00He traído aquí algunas líneas, dice García Márquez.
03:06Cuando uno se vuelve mecanógrafo esencial, ya resulta imposible escribir de otro modo
03:11y la escritura mecánica termina por ser nuestra verdadera caligrafía.
03:15En mis tiempos de reportero juvenil escribía a cualquier hora y en cualquiera de las máquinas
03:21paleolíticas de la redacción de los periódicos y en las cuartillas de un metro que cortaban
03:27del papel sobrante en la rotativa.
03:30Después tuve la desdicha de conocer una máquina eléctrica que no solo era más fluida,
03:35sino que parecía ayudarme a pensar.
03:37Ya no pude usar nunca más una máquina convencional.
03:41La primera máquina de García Márquez fue una Remington portátil que su padre le regaló
03:47a mediados de la década de 1940, unos meses antes de que terminara sus estudios de bachillerato
03:54en el Liceo Nacional de Varones de Zipaquira.
03:57En su primera época como periodista en los diarios El Nacional de Barranquilla,
04:03El Espectador de Bogotá y El Universal de Cartagena, García Márquez aporreaba las teclas
04:09de una estándar 31, también de la marca Remington.
04:13Un cambio le vino bien cuando estuvo en el heraldo de Barranquilla donde utilizó una
04:19Underguth SX100. En esa máquina habría escrito columnas como jirafas firmadas con el seudónimo
04:29de Septimus. En su época en París, García Márquez trabajó sus textos en una Olivetti Lettera 22,
04:36máquina que le obsequió su amigo Plinio Apuleyo Mendoza.
04:40En aquella máquina fueron cayendo una a una las palabras de, ni más ni menos,
04:45el coronel no tiene quien le escriba. Durante sus años como periodista cirematográfico en México,
04:52su herramienta de trabajo fue una Torpedo 18. En esa misma máquina habría comenzado el texto de,
05:00adivínelo usted, ese, Cien Años de Soledad. En 85, en 1985, García Márquez publicó El Amor en los
05:09Tiempos del Cólera, su primera novela escrita en el procesador de textos de una computadora.
05:15La primera de las máquinas de escribir era lenta, engorrosa, parecía telar o sofisticadas estampas
05:31para ratones. El invento definitivo con la forma que hoy conocemos llegó de la mano del estadounidense
05:39Christopher Latam Schools, quien le presentó su invento al armero Remington. Ya le va sonando a
05:48usted. A mí también, la verdad, porque cuando planeamos hacer este programa no teníamos toda la
05:53información que usted va a conocer en este programa. El invento de Schools ya contaba con las teclas
06:00dispuestas del modo en que las conocemos, el famoso teclado QWERTY, el que usa usted cuando
06:06escribe en su teclado. En 1874 se asociaron para fundar la Type Writer Company y establecer su oficina
06:14en Broadway. La Remington número uno salió a la venta ese mismo año. Mark Twain fue el primer escritor que
06:23compró una en la sucursal de Boston. Entró como un curioso más y quedó maravillado al ver que una
06:31mecanógrafa era capaz de escribir hasta 57 palabras por minuto. Aunque su entusiasmo decayó cuando se dio
06:39cuenta de que la señorita escribía la misma oración una y otra vez, como en la película que usted recordará
06:46al resplandor en donde Jack Nicholson empieza a enloquecer y escribe una novela de 200 páginas con
06:52solo una frase. Buenos días, buenos días, buenos días, buenos días. ¿Se acuerda?
06:57Twain nunca logró dominar la máquina y se valía de los servicios de una taquígrafa. Sin embargo,
07:04la Remington número uno le sirvió como una costosa novedad para presumirla a las personas que lo visitaban.
07:13Los corresponsales de los diarios estadounidenses comenzaron a hostigarlo de tal modo acerca de
07:18su nueva adquisición que Mark Twain le pidió al mismo A. Follett Remington que no diera información
07:26sobre su compra. No quiero que la gente sepa, le escribió a Remington en una carta escrita a puño
07:32y letra que soy propietario de esta gracia que engendra curiosidad. A los pocos meses Twain le regaló su
07:39máquina al cochero. Cabría recordar que las primeras máquinas de escribir utilizaban un pedal de
07:45retroceso para cambiar de renglón y del mismo modo que la bola de escribir solo escribían en
07:53mayúsculas. Sería la Remington número dos, patentada en 1879, la que logró deshacerse del pedal y añadir la
08:01tecla shift, gracias a la cual se podía elegir entre las dos variantes de cada letra. Había nacido la
08:09máquina de escribir, producto de una necesidad mundial de escribir más y más rápido. En 1882,
08:18fíjese usted el año, el manual de usuario de las máquinas Remington incluyó un texto de la
08:25taquimecanógrafa Margaret Lonely, donde describía su método con todos los dedos. Sin embargo, la gran
08:35mayoría de los escritores siguieron utilizando el método tradicional de cuatro dedos conocido como
08:40rastreo y caza. Creo que es el que yo uso, sin haber sabido que se llamaba rastreo y caza, es decir,
08:45buscar la tecla con los ojos y presionarla y no escribir como taquimecanógrafa, que es lo que yo
08:51siempre quise y nunca logré. Esta breve historia es un extracto de este libro que traigo aquí en
08:58este dispositivo, no se enojen los amantes del papel, ya convenimos en que algunos de los libros
09:05que ofreceremos serán precisamente en este dispositivo. El siglo de la máquina de escribir de
09:11Martin Lyons, de Ampersand, es un libro curioso que yo le recomiendo ampliamente, en él rastrea el
09:19origen y las formas de este invento que dominó la esfera literaria del siglo XX y determinó un
09:25crecimiento inconmensurable en la producción literaria, influyendo en la forma en que los
09:30escritores tramaban sus textos. Precisa Lyons, la máquina de escribir forzaba al escritor a ser
09:37preciso al sentarse frente al teclado. El escritor podía cristalizar, por decir así, su pensamiento de
09:44un modo que el procesador de texto, con su infinita capacidad de hacer correcciones veloces,
09:50jamás podría lograr. Sin la comodidad de eliminar un error de forma manual y en el acto, y sin el lujo
09:56de la tecla para borrar, la máquina de escribir fomentaba la disciplina del autor e incluso la
10:03mezquindad con las palabras, puesto que la revisión sólo sería posible una vez que el texto volviese a
10:08redactarse por completo. Esto lo dice Lyons en este libro, que se llama El siglo de la máquina de escribir.
10:17La editora Delia Juárez compiló en este volumen, Así Escribo, las confidencias de 53 escritores
10:31mexicanos que aceptaron la invitación para contar sus manías, rituales y costumbres a la hora de
10:37sentarse frente a la hoja en blanco. Así Escribo está publicado en Ediciones Caldearena y entre sus
10:43páginas hay dos testimonios que me permito citar porque vienen a cuento con el tema de hoy. El
10:48primero es de Ángeles Mastretta. Escuche usted a la escritora.
10:53Me gusta escribir. Me gustó hacerlo con un lápiz a los seis años, con una pluma fuente a los nueve,
11:01con un bolígrafo a los doce y en una máquina de escribir verde a los catorce. Aún escribo sin ver
11:06el teclado, con la memoria que encuentra la interrogación a la derecha y las comillas a la
11:11izquierda, como estaban en mi primera máquina. Solo bajo la cabeza de vez en cuando, como una
11:17gallina que busca su maíz. Las letras. Mis amigas tuvieron una letera 22, guardada en un ligero estuche
11:25azul. Yo iba a clases cargando un maletón del que salía un artilugio de fierro con teclas sólidas que
11:33me avergonzaba entonces. Y ahora moriría por tocar. Esa máquina me la robaron el año en que llegué a
11:39vivir a la Ciudad de México. Fue de mi papá. La heredé cuando murió. No sé por cuál designo ni de
11:46quién. El día que la cambié de ciudad, cayó en manos de un ladrón que no supo cuánto me quitaba.
11:54En mi primera computadora sentí el miedo de estar frente a un automata que todo se lo comía. Escribir
12:01en ella era como andar arriesgándose a perder a los niños en el supermercado. Al más mínimo descuido,
12:08se borraba el trabajo de una tarde. Los dos primeros cuentos de mujeres de ojos grandes no
12:14pude recuperarlos nunca, por más que anduve entre los archivos.
12:21Tenemos otro testimonio a propósito de las máquinas de escribir, el de José María Pérez Gay. Para más
12:28señas, mi hermano mayor. Lo he contado en otras ocasiones. Él pasó una larga temporada en Alemania.
12:34Desde allá intercambiaba cartas con mi madre. Cuando volvió, todos vivíamos en un departamento
12:40en la calle de Cadereyta, en la Colonia Condesa. Y desde allí se dedicó a hacer traducciones del
12:44alemán para el suplemento La Cultura en México, de la revista Siempre, dirigida entonces por
12:51Carlos Monsiváis. Dice José María Pérez Gay esta confidencia.
12:55Por ese entonces, desempacaba mi máquina Olimpia. Me sacaba de múltiples bolsillos unos plumones
13:04alemanes con finísimas puntas de pico de mosquito. Extraía de las maletas una biblioteca ambulante,
13:12Canetti, Magnus, Essensberger, Musil, Brog y Krauss. Me arañaba de resmas de papel bond,
13:19gramaje 29, de 500 hojas cada una, que luego tendría que reponer, puesto que apenas me
13:27alcanzarían para un borrador de unas 25 cuartillas. Y faltaba aún pasar el texto varias veces en limpio.
13:35Y ante los ojos alarmados de Doña Alicia, mi madre, y los ojos escépticos de Don Pepe,
13:40mi padre, ponía todo aquello sobre la versátil mesa del comedor.
13:49En el taller de la otra aventura, como usted sabe, hablamos de asuntos que tienen que ver
14:00con el tema que tratamos en esta emisión, pero donde nos damos ciertas libertades.
14:04Yo me la voy a dar hoy con estas tres máquinas de escribir. Esta que es una máquina realmente
14:09del pasado. No sé a ciencia cierta de qué año sea, pero yo creo que debe ser una máquina
14:14de los cincuenta. Es decir, yo no escribí en una máquina como esta. Yo empecé a escribir
14:20en esta máquina. Es una máquina tractor, le llamábamos una olimpia. No las grandes,
14:27porque había en los periódicos unas olimpias que eran mucho más grandes, que eran tractores,
14:31y se subían así. Y aquí se corregía a mano. Y luego bajábamos la máquina en la redacción
14:38y se ponía así. No sé si pueda usted verlo, quizás no, pero yo se lo cuento.
14:43Esta máquina, toda esta parte está amarilla, porque yo fumaba como un bárbaro salvaje,
14:49lo cual costó y tuvo consecuencias para mi salud. Y entonces fumaba, fumaba mucho más
14:54de lo que escribía. Eso es verdad. Y esto amarillo que está aquí es solo, y no me da pena
15:00decirlo, nicotina. Aquí escribí reseñas para el suplemento La Cultura en México,
15:06que dirigía Monsiváis. Aquí escribí también algunas reseñas para el muy viejo periódico
15:12Uno Más Uno. Soy ya un pterodáctilo que viene de otras épocas. Esta es la olimpia.
15:17Pero la máquina que era común y corriente en las casas de clase media era esta que está
15:23aquí. La Olivetti Lettera, 35. Se tenía un estuche muy cómodo para llevar y traer.
15:32Y donde se tomaban, yo no tomaba clases de taquimecanografía, porque en la escuela pública
15:37no la sabía, pero en las privadas sí. Ponían sobre el teclado un trapo negro, se metían
15:43las manos dentro y se hacían los ejercicios de taquimecanografía. Nunca pude hacer, de
15:48modo que soy de esos que escriben con cuatro dedos o con cinco, no los sé.
15:53México cuenta con más de medio millón de tiendas de abarrotes que atienen a 81 clientes
16:08diarios, con un promedio de venta de 47 pesos, lo que significa aproximadamente 4 mil pesos
16:15al día. Sin embargo, el 42% de estos establecimientos no usan herramientas digitales.
16:22Un estudio realizado por una comercializadora a nivel nacional que impulsa las ventas de
16:28estos establecimientos señala que la incorporación de herramientas tecnológicas tendría un impacto
16:34positivo en sus ventas, ya que éstas podrían llegar a duplicarse, pues cada vez son más
16:41las personas que utilizan el pago electrónico. Sin embargo, aún es necesario realizar un ejercicio
16:47de concientización entre los propietarios, pues aún existe cierto rechazo a la idea de
16:53incluir elementos tecnológicos en sus operaciones de rutina. Las herramientas digitales que estos
16:59establecimientos pueden incorporar van desde una cámara de seguridad, terminales para cobro con
17:05tarjeta, cobro de servicios o bien poder dar tickets y facturas. Algunas de las ventajas al
17:12digitalizar las tienditas son mayor alcance y visibilidad, aumento de ventas, mejora en la
17:19interacción con clientes y acceso a nuevos mercados. En suma, la digitalización puede ayudar a las
17:26tienditas de la esquina a mantenerse competitivas y alcanzar nuevos clientes. Para ADN 40, Fuerza
17:34Informativa Azteca. Un espacio informativo hecho a tu medida, con toda la información que es tendencia
17:40y las noticias de última hora. ADN 40.mx Noticias, con Claudia Echeverry. Hola, ¿qué tal? Buenos días.
17:50Sábado y domingo, a las 8 de la mañana, por ADN 40. Un holograma de una trabajadora sexual acecha el
17:59barrio rojo de Ámsterdam. La imagen proyectada representa Bernadette.
18:08Aquí estoy justamente, escribiendo en esta vieja máquina de escribir, mi vieja Olimpia, llena,
18:15les decía yo, de licotina. Estamos en la mesa de novedades. Mire usted lo que nos ha llegado.
18:20De la editorial Planeta y de Rosa Marquetti Torres. Celia en Cuba, de 1925 a 1962. ¿De qué se trata este
18:31libro? Pues se trata de la historia de la gran cantante Celia Cruz, que ha puesto a bailar a medio
18:41mundo. Mediante una apasionante y precisa narración, con testimonios de primera mano,
18:47la autora recrea el mundo habanero, donde se desarrolló la carrera de Celia Cruz. Los clubes,
18:53teatros, programas de televisión y de radio, y las grabaciones discográficas, donde brilló desde
18:58el inicio. Celia en Cuba. También nos ha llegado, de Alfaguara, la más reciente novela de Juan José
19:06Millás. Mire usted cómo se llama. Ese imbécil va a escribir una novela. Así se llama este libro de Juan
19:12José Millás. Un escritor que curiosamente responde al nombre de Juan José Millás, recibe el encargo
19:17del periódico en el que colabora para escribir. El que cree puede ser su último reportaje. Por ello
19:22debe pensar con cuidado el tema que sirva de broche de oro a toda una carrera. Juan José Millás,
19:30ese imbécil, va a escribir una novela, publicado por Alfaguara. Y de la editorial Grano de Sal,
19:36una muy buena editorial reciente, que además resiste los embates de estos tiempos oscuros,
19:42en los cuales no solo el país, sino la industria editorial se encuentra. Muy diversas versiones,
19:48de Aurelio Asiaino. Este es un libro peculiarmente interesante, puesto que hay por lo menos diez
19:55autores traducidos, adaptados, de este escritor mexicano que vive en Japón y fue agregado cultural
20:03de la Embajada de México allá en Japón. Mire usted, traducir poesía es recrearla en sus múltiples
20:11traducciones. Jorge Luis Borges rehuyó de la literalidad y no tuvo empacho en traicionar el
20:16original para ser fiel a la literatura. En cada uno de estos poemas, de estas traducciones, me recuerdan
20:24desde luego a las traducciones de Octavio Paz, a las de José Emilio Pacheco, de sus aproximaciones,
20:32vienen autores como Aristófanes, Catullo, el poema en blanco del Chan-Chi, Borges. Bueno, el caso es que
20:39vienen las versiones de los poemas, pero acompañadas de, no quiero decir crítica literaria, comentarios,
20:46ensayos, ensayos, para invitar al lector a leer a estos autores. Se puede aprender mucho de este libro,
20:55que es uno de los más interesantes de la temporada. Aurelio Aciain, muy diversas versiones, publicado por
21:03grano de sal. De la mesa de novedades, a la máquina de escribir.
21:10Según James Armello, en su biografía Hemingway, Una vida sin consecuencias, el escritor mandó a
21:17construir una repisa especial en la biblioteca de su casa. Colocó su royal sobre ella y escribía
21:23descalzo, de pie sobre una piel de antílope. La rigidez del cuerpo le permitía mantener firme el
21:29tono. El entorno era simple. Papel, tabaco, sol bajo. Hoy hemos traído a esta sección el inicio
21:36de uno de sus cuentos. Un lugar limpio y bien iluminado. Escucha usted. Era la tarde y el
21:42único cliente que quedaba en el café era un viejo sentado a la sombra que las hojas del árbol
21:48proyectaban al interceptar la luz eléctrica. De día la calle estaba llena de polvo, pero por la noche el
21:55rocío impedía que el polvo se levantara y al viejo le gustaba sentarse hasta tarde porque era
22:01sordo y por la noche había silencio y él notaba la diferencia. Los dos camareros que había dentro
22:07del café sabían que el hombre estaba un poco borracho y aunque era buen cliente sabían que
22:13si se emborrachaba demasiado se iría sin pagar, por lo que no le quitaban ojo. La semana pasada
22:19intentó suicidarse, dijo uno de los camareros. ¿Por qué? Estaba desesperado. ¿Desesperado
22:25por qué? Por nada. ¿Cómo sabes que por nada? Porque tiene mucho dinero.
22:34Usted lo sabe. Hoy en día es prácticamente inevitable utilizar una computadora, un procesador
22:40de texto, una pantalla táctil y una buena conexión a internet para escribir o leer. Si bien la industria
22:45del libro se ha defendido y todavía existen las plumas y los cuadernos, la mayor parte de nuestra
22:51comunicación escrita se lleva a cabo en estos aparatos WhatsApp. Para quienes nacimos a mediados
22:57del siglo pasado, yo soy del 57, imagine usted, incluso para quienes nacieron hacia el final del
23:03siglo, la tecnología de la era digital no deja de asombrarnos. No solo de asombrarnos, yo todavía
23:10soy bastante analfabeta digital, por decirlo así. Me cuesta trabajo conectarme, me equivoco, tengo que ir
23:18con mi hijo una y otra vez, con nuestro co-guionista Alonso Pérez Gay, para que me ayude a manejarme
23:25con los aparatos y dispositivos de la nueva tecnología. Además de hacernos sentir algo viejos, cada vez que
23:32batallamos con las reuniones virtuales, la organización de documentos o la existencia de un lugar novedoso
23:38invisible llamado La Nube, gracias a la cual puedes perder tus archivos desde cualquier dispositivo,
23:44lo cual a mí me pondría a temblar. Cuando yo escribo un libro, ¿sabe usted qué hago? Voy escribiendo
23:49el libro y lo voy mandando partes por partes a un correo electrónico para que esté ahí salvaguardado,
23:55no se ría. Sin embargo, es impresionante el acceso a la información y las posibilidades de comunicación
24:01que guardan en potencia estos aparatos. Creo que nadie estaría a favor de un nuevo ludismo que
24:08busque y destruya todos los aparatos digitales con conexión a internet en buena medida. Han sido
24:13democratizadores, liberadores y prometen ser la versión futura y definitiva de la biblioteca de
24:20Alejandría. Esa es la verdad. Basta salir a la calle o entrar a un café para notar la forma neurótica en
24:27que todos estamos mirando el celular a cada rato, mirando además asuntos que no requieren sino
24:33segundos de nuestra atención y que saltan frenéticamente de un tema a otro. Publicidad,
24:38noticias, opiniones, pequeñismos, productos de comunicación masiva que circulan en un torrente
24:43virtualmente infinito, así de rápido, todos los días frente a nuestros ojos. La lectura sigue y
24:51seguirá siendo todavía un acto solitario en donde una voz interior nos habla de una historia que tiene
24:58con la libertad y la imaginación. En su libro Sin Relato, atrofia de la capacidad narrativa y crisis de
25:07la subjetividad, la escritora y psicóloga española Lola López Mondejar lo formula de la siguiente manera,
25:13escuchen ustedes interesante. La sociedad de la información y el conocimiento ha devenido en
25:20una inmensa industria de la desinformación, una fábrica orientada hacia la expropiación de la
25:28atención y hacia la explotación de lo salvaje o asilvestrado de la subjetividad, explotando la
25:35propensión del cerebro de huir de las antigüedades y dudas. La continua presencia de los objetos
25:42tecnológicos afecta tanto nuestra capacidad de pensar como la de estar solos. Dos necesidades
25:50innegociables del oficio de escribir. El escritor escocés John Harry dejó, y fíjense la paradoja,
25:59lo traigo en dispositivo, en su libro El valor de la atención, una advertencia.
26:05Puedes intentar controlarte, escribió con respecto a los dispositivos digitales,
26:10pero del otro lado de la pantalla hay mil ingenieros que trabajan en tu contra. John
26:15Harry, ¿por qué nos la robaron y cómo recuperarla? El valor de la atención, publicado por Planeta.
26:22Como todas las semanas, usted encontrará aquí un espacio para la felicidad de las frases célebres.
26:33Escuche usted esta. Los ordenadores son inútiles, solo pueden darte respuestas. Pablo Picasso.
26:40Hemos llegado al final de esta emisión y de esta aventura. Soy Rafael Pérez Gai y los
26:44espero aquí la próxima semana. Abres una puerta y aparece un mundo. Eso es un libro.
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