Carlos Herrera enfría la euforia de Salvador Illa (PSC-PSOE) con el ‘fantasma’ de Puigdemont

  • hace 8 días
¿Quién puede gobernar en Cataluña?

A bote pronto, la respuesta sería sencilla, el socialista Salvador Illa que sacó 42 escaños, siete más que el partido de Carles Puigdemont.

Sin embargo, no parece fácil que el líder del PSC-PSOE pueda ser investido puesto que el pacto que desde la noche del 12 de mayo de 2024 se viene anunciando como lógico, un acuerdo con ERC y los Comunes / Sumar, resulta que puede hacer aguas con los de Pere Aragonès.

Y es que el cabeza de lista de Esquerra comunicó su intención de no entrar en el Ejecutivo catalán.

Además tampoco hay que descartar la figura del gran enredador, el prófugo de Waterloo, Carles Puigdemont.

Carlos Herrera, en su editorial en 'Herrera en COPE' de este 13 mayo de 2024, dejó muy claro que en el manicomio político en el que se ha convertido Cataluña puede pasar absolutamente de todo:

¡Ay 13 de mayo cuando me encontré con los resultados de Cataluña! Como esto es un manicomio, Cataluña es un manicomio político, todos los resultados que se den, fueren cual fueren, son difíciles de interpretar. Ayer les contamos cómo discurrieron las elecciones catalanas al Parlamento para elegir un gobierno a la Generalitat de Cataluña. Ha ganado ampliamente, cómodamente diría yo, el PSC de Salvador Illa. Ha recuperado algo de posición, pero ha quedado sensiblemente por detrás el Junts de Puigdemont. Ha caído estrepitosamente izquierda, que era el que gobernaba ahora mismo en la Generalitar. Y ha recuperado o ha vuelto el Partido Popular, superando incluso a un meritorio VOX que ha mantenido su representación. Con lo cual, una lectura muy rápida, sin detenernos en los detalles poliédricos del manicomio, nos llevaría a pensar muy fácil, PSC más izquierda, que es de izquierda, si se ha entendido con los socialistas tradicionalmente, más esa cosa que es lo que queda de los Comunes y Sumar, dan 68. Ya tenemos un gobierno. No, no es tan sencillo. ¿Por qué? Por dos razones.

Porque ciertamente ha ganado Illa. Pero Puigdemont tiene posibilidad de decidir. ¿Decidir qué? O Illa o Sánchez. Si gobierna Illa en Cataluña, ¿yo me sentiré, yo Puigdemont, capaz de dejar que gobierne Sánchez en Madrid, en la Administración Central del Estado, en la presidencia del Gobierno? Si Sánchez quiere quedarse y que yo no le moleste, tiene que sacrificar a Illa. E Illa permitir, a pesar de su aplastante victoria, que gobierne yo seguramente con los restos de izquierda. Pero eso sería un gobierno de minoría. Pero volvemos a lo mismo. El poliédro se mueve y se pone como quiera.

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