Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, propuso en septiembre imponer en España un tope al precio a algunos alimentos para abaratar la cesta de la compra, copiando estrategias seguidas por países como Argentina y Cuba.

«Nuestro planteamiento es que las grandes distribuidoras lleguen a un acuerdo y, a través de los márgenes empresariales, aseguren una cesta de la compra asequible», decía entonces Yolanda Díaz, metiéndose en el terreno del ministerio de Consumo de Garzón.

Díaz no rectificó ante las advertencias de fracaso de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ni cuando los supermercados, de manera conjunta, aseguraron que el tope de precios no era útil y presentaba graves riesgos para la competencia.

Ahora, ya a mediados de noviembre, más de dos meses después del anuncio de Díaz, fuentes del sector, aseguran que no han vuelto a tener ni propuestas del Gobierno, ni reuniones con la vicepresidenta segunda, y la inflación en España continúa por encima del 7%.

El ‘plan estrella’ de Yolanda Díaz, fracasa sin llegar a empezar.