Eurico Campano: “El objetivo de Sánchez es destrozar la unidad de España y cargarse el régimen del 78”

  • hace 2 años
Se cumplían hace algunos días cuatro años exactos, el cuarto aniversario, 'cuarto año triunfal' se decía en otros tiempos, del advenimiento de Pedro Sánchez a La Moncloa. Cuatro años ya de su llegada a la Presidencia del Gobierno merced a aquella moción de censura escenificada en aquella tarde en la que España estuvo gobernada por el carísimo bolso de doña Soraya Sáenz de Santamaría.

Pedro Sánchez llegó a La Moncloa -y la frase no es suya, ni siquiera de Pablo Iglesias sino de Karl Marx- por asalto, que no por consenso.

Durante todo este tiempo, lo que ha intentado el actual presidente es perpetrar un cambio de régimen; una ruptura del régimen del 78 en el que -como buena parte de la izquierda extrema- no ha creído nunca.

Solo a la luz de este planteamiento se comprende que haya durado tanto un gobierno abiertamente inconstitucional, si nos atenemos a las cuatro ocasiones en las que el Tribunal Constitucional ha dictaminado que acciones de este ejecutivo eran ilegales: la integración de Pablo Iglesias en el CNI aprovechando el decreto del primer Estado de Alarma, los dos siguientes que establecieron otros tantos Estados de Alarma y un cuarto en el que se quitaban la patata caliente de encima, en favor de las Comunidades Autónomas, la gestión de la catástrofe sanitaria.

El camino de Sánchez ha estado plagado de más irregularidades como el nombramiento de una Fiscal General del Estado de partido, no independiente, doña Lola Delgado, o que los soportes parlamentarios de este gobierno sean unos tipos que dieron un golpe de Estado el 1 de octubre de 2017 -dicen en el gabinete que el golpe 'se lo dieron a Mariano Rajoy'- o los nostálgicos del tiro en la nuca.

Pedro Sánchez está muy satisfecho con estos socios porque no han sido unos aliados que le hayan tocado porque no hubiera otro remedio, sino porque los ha elegido él y porque es él quien los está utilizando en ese proyecto personal, ni siquiera de partido, que ha puesto en marcha: la demolición del consenso del 78 y la ruptura de España. Una ruptura de concebida por él y sus 22 ministros, incluidos Robles, Bolaños y Marlaska, no solo como desgajamiento de la integridad territorial del llamado Estado español sino como destrozo de la concordia que animó a los españoles que hace 44 años votaron masivamente la Constitución para construir un futuro en paz y en libertad.

La izquierda siempre ha encontrado su razón de ser buscando un enemigo exterior, la ruptura y la confrontación. Por eso es urgente que el actual presidente abandone cuanto antes La Moncloa.

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