Alfonso Rojo: “Zelenski comenzó como un cómico y acaba como un héroe y Sánchez empezó de político y termina de payaso”
  • hace 2 años
Hay muchas cosas que me han sorprendido en esta tragedia que se abate sobre Ucrania.

Nunca pensé que habría guerra y lo repetí varias veces, aquí y fuera de aquí, porque me parecía que a Vladimir Putin le bastaba la amenaza para alcanzar sus objetivos.

Y una vez iniciada la invasión militar rusa, di por supuesto que sería limitada y con el objetivo concreto de apoderarse de las regiones industriales del este ucraniano, mayoritariamente rusoparlantes, enlazarlas con la Península de Crimea y crear eso que los diplomáticos llaman un ‘fait acomplí’, para tener bazas de peso en la negociación posterior.

Me equivoque y basta ver las dramáticas imágenes que llegan de Kiev, Jarkov, Odesa o Mariupol para comprobarlo.

En toda guerra hay mucho de bruma, desinformación, fakes y mentira, pero parece innegable que Putin, tras un inicio ‘quirúrgico’ y al ver que el Gobierno ucraniano no se desplomaba, ha optado por la opción brutal.

Decía al inicio, que en este desastre me han desconcertado bastantes cosas.

No China, porque es evidente que los sinuosos jerarcas comunistas que mandan en Pekín, coinciden con los de Moscú en el deseo de acabar con el orden mundial, implantado tras la Caída del Muro de Berlín, y trabajan al unísono para socavar el dominio norteamericano y establecer un sistema multipolar.

Tampoco me ha cogido desprevenido la reacción de la Venezuela chavista, la Nicaragua sandinista o la Cuba castrista, lo mismo que la de sus cómplices españoles.
Lo de Podemos, Izquierda Unida, los proetarras de Bildu y todos esos facinerosos que comparten gobierno con el PSOE, estaba cantado.

Al igual que lo de Sánchez, tan inconsistente, chaquetero, veleta y oportunista como siempre. Es tramposo hasta la náusea.

El que si me ha dejado de piedra es Volodimir Zelenski, ese presidente con cara de niño que se ha embutido el uniforme y con riesgo de su vida está dando unas muestras de valor personal, patriotismo y liderazgo dignas de los grandes de la Historia.

El ucraniano Zelenski comenzó como un cómico y acaba como un héroe y el socialista Sánchez empezó de político y termina de payaso.
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