La supervivencia se define como la acción y el efecto de sobrevivir y aunque no es una cualidad exclusiva del ser humano si es característica de él. El hombre es un ejemplo perfecto de adaptabilidad al medio, de especie capaz de aprovechar los recursos y vivir en cualquier clima o circunstancia por adverso que sea.
La diferencia entre vivir y sobrevivir es clara. Sobrevivir es obtener lo necesario para mantenerse vivo mientras que vivir es conseguir la suficiente adaptación al medio como para que los recursos de supervivencia sean una costumbre y una rutina, que nos proporcionan seguridad y una garantía de supervivencia a largo plazo.
Requisitos físicos y psíquicos Aunque lógicamente una persona con una buena forma física, estará en mejores condiciones iniciales para la supervivencia, no es sin embargo, un requisito imprescindible. De nada servirá unos bíceps capaces de las mayores hazañas, o una piernas con la resistencia suficiente de llevarnos al fin del mundo, si no los impulsan o las guían la firme e inquebrantable voluntad de vivir. Muchas veces la supervivencia será responsabilidad única de la mente. Una mente entrenada, una voluntad férrea e indomable, unos conocimientos apropiados y la frialdad de utilizar todo eso de la forma justa y en el momento preciso, determinarán nuestra capacidad de sobrevivir.