Barcelona, 28 abr (EFE).- Maurits Cornelis Escher cautivó en el siglo XX a la comunidad científica, a músicos, diseñadores, matemáticos... Sus construcciones imposibles, sus perspectivas inventadas llamaron la atención de millones de personas en todo el mundo y aún hoy siguen haciéndolo. El Museo Marítimo de Barcelona recoge 200 obras del artista holandés en las que se define ese mundo de fantasía, infinito. El comisario de la muestra y coleccionista, Federico Giudiceandrea, lleva 50 años fascinado por Escher cuando se sintió hipnotizado por sus ilusiones ópticas. El Mediterráneo y sus paisajes, la iconografía de la Alhambra de Granada y la investigación matemáticas son los grandes ejes sobre los que Escher desarrolló su obra. En el imaginario colectivo siguen vivos los dibujos de Escher, que ahora también se prestan al arte digital con técnicas interactivas que permiten penetrar en los mundos imposibles del artista holandés.