The Golden Louis (El Luis de oro) [1909]

Es un día de fiesta en el viejo París y la ciudad es escenario de alegría y esplendor. En contraste con la brillante multitud, vemos a una niña pequeña temblando en la nieve, con su pequeño zapato de madera extendido a la espera de una moneda de aquellos caritativamente dispuestos. Pero en la embriagadora alegría de la ocasión, la pobrecita pasa desapercibida hasta que, exhausta, se tumba en el escalón de piedra y se duerme. Allí pasa ahora un caballero de espíritu bondadoso que deposita un Louis d'Or (Luis de oro) en la pequeña zapatilla de madera que tiene a su lado. Mientras tanto, en una casa de juego, se ha venido a arruinar en la ruleta un joven espadachín, al que se le dice que al dar las doce seguramente saldrá el número 17. Tan impresionado está por ese augurio que trata de pedir prestado, con la esperanza de recuperar su fortuna perdida, pero sus amigos se desentienden fríamente. Abandonando el lugar se pasea abatido y se encuentra con la pequeña en el escalón, todavía dormida. Se lleva su mano, por costumbre, a su propio bolsillo, pero ¡ay! Esta vacío. Mientras se pone de pie y contempla a la pequeña, sus ojos se fijan el Louis d'Or. "¡Una idea! Pediré prestada la moneda, jugaré al número 17 y ganaré una fortuna". Se apresura a regresar a la sala de juego justo a tiempo de dar las doce. Arroja la moneda sobre la mesa y grita "17", y el 17 gana. Pone sus ganancias y vuelve a ganar. Una y otra vez duplica su riqueza hasta que la banca se arruina. Vuelve a pagar con intereses al "prestado" Louis, pero qué espectáculo lo recibe. "¡Muerta, y la he asesinado!" y tomando el oro teñido de muerte lo esparce por la nieve.