Madrid, 15 may (EFE).- Desde que comenzó la crisis sanitaria ningún preso ha muerto por sobredosis de droga. Es uno de los efectos "positivos" de la pandemia en las cárceles, que han reducido el número de reclusos y en las que apenas ha habido incidentes violentos. Y si hay un efecto colateral que al máximo responsable de Prisiones le ha llamado la atención es la caída en el consumo de drogas, lo que ha redundado en que ningún recluso haya muerto por sobredosis desde el inicio de las medidas restrictivas en las cárceles impuestas a primeros de marzo, incluso antes de la entrada en vigor del estado de alarma. Mientras que entre el 1 de marzo y el 25 de abril del año pasado murieron por sobredosis seis internos, desde esa primera fecha de este año hasta hoy no ha habido ningún recluso muerto por este motivo. "Afortunadamente, las medidas de suspensión de comunicaciones y de suspensión de permisos han supuesto cerrar herméticamente las prisiones y que no pase droga. Al no pasar la droga hemos conseguido reducir a cero el número de fallecimientos por sobredosis", explica Ortiz. No solo eso. Otra consecuencia indirecta -agrega- es que algunos internos que son adictos están comenzando a solicitar entrar en programas de mantenimiento de metadona. "Este cierre hermético de la prisión les va a suponer comenzar tratamientos de deshabituación".