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  • hace 6 años
París (Francia), 18 feb (EFE).- (Imagen: María Díaz Valderrama) Anne Hidalgo está exultante y no lo disimula. Dada por "muerta" políticamente hace solo meses, la alcaldesa de París es la gran favorita para renovar su cargo en las municipales de marzo y desde esa posición no duda en criticar sin tapujos al presidente Emmanuel Macron.
Al frente de una plataforma electoral de la que ha eliminado las referencias al Partido Socialista, la franco-española (San Fernando, 1959) ofrece a EFE una entrevista en su cuartel de campaña, donde se ha recibido con estupor la última bomba de una campaña atípica: la retirada del candidato macronista Benjamin Griveaux por la difusión de un vídeo sexual.
 
PREGUNTA: Hace un año, parecía imposible que pudiese repetir como alcaldesa. Ahora es la gran favorita. ¿Qué ha sucedido?
RESPUESTA: Lo que ha pasado es mucho trabajo. Al poco de empezar como alcaldesa, tuvimos los atentados, la crisis de los refugiados... Luego, en 2017, hubo un cambio de Gobierno con un terremoto político (la victoria de Macron) y comenzaron los intentos de desestabilización.
La gente veía cambios pero no los sentía en su vida cotidiana. Aquí el mandato dura seis años y cuando llegas a los tres es el momento más crítico, porque es cuando has lanzado todas las obras y la gente aún no puede disfrutarlas.
Cuando los ciudadanos vieron que había una campaña organizada contra mí y además apreciaron las transformaciones, como en ecología o en vivienda social, se calmó un poco ese ambiente.
 
P: Pese a liderar las encuestas, sigue recibiendo críticas recurrentes por la gestión de la limpieza o a las restricciones al tráfico. ¿Las ve justificadas?
R: En una ciudad como París, la causa número uno de contaminación del aire es el tráfico de automóviles. Y en esto también los parisinos me apoyan. Solo uno de cada diez va en coche a trabajar. Eso ya es un debate superado, hay consenso al respecto.
La limpieza se plantea en muchas grandes ciudades y es también una cuestión de respeto. Hemos hecho propuestas estos años pero debemos ir más lejos e implicar más a los ciudadanos, como las ciudades españolas, que han logrado una transformación muy grande.
 
P: La acogida de refugiados e inmigrantes ha acaparado el protagonismo mediático bajo su mandato. ¿Cómo puede París mantenerse como una ciudad abierta y al mismo tiempo evitar la proliferación de campamentos ilegales?
R: Ha sido un asunto muy difícil en este mandato, (pero) es una competencia de Estado, no de la ciudad. La calle no puede ser un lugar para vivir, es peligrosa para ellos y es indigno. Los vecinos de los barrios donde se instalan tampoco pueden desarrollar su vida con normalidad.
Hemos trabajado mucho, pero muy solitos, porque el Gobierno no nos ha ayudado. Incluso han intentado convertirlo en un argumento político contra mí, diciendo que yo era la que los atraía. Han intentado municipalizar un tema nacional y europeo.
La política de este Gobierno ha sido muy extraña, porque en 2017,

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