Los de los abusos sexuales en Colonia durante la nochevieja de 2015, fue solo la gota que colmó el vaso en un país donde la política de puertas abiertas con los refugiados le ha dado en todas las narices a Merkel.
La cifra de agresiones de esta índole ha ido in crescendo, hasta tal punto que no ha quedado otra más que dar una insólita puntada sin hilo, esta vez de la mano de una compañía de la ciudad alemana de Oberhausen: ha diseñado unos ‘pantalones de seguridad’ para que los ‘salidos’ no se salgan con la suya.
Según da cuenta ‘Sputnik Deutschland‘, este ‘cinturón de castidad’ está hecho de una tela muy dura, resistente a las rasgaduras y presenta un mecanismo que emite un sonido bastante fuerte cuando la mujer es asaltada, esto es, un pitido con una cantidad de decibelios tal que hace que el violador se vaya patas abajo.
Ha sido idea de Sarah Seilz, quien sabe muy bien de qué va la cosa, ya que no en balde fue asaltada hace poco en Alemania por tres sujetos musulmanes que trataron de bajarle los pantalones, mientras hacía ejercicio por la calle.