El patán Aitor Esteban le 'hace la cobra' a Espinosa de los Monteros y el VOX manda al del PNV a la mierda... por señas
- hace 5 años
Un patán, al que sólo le falta la boina este Aitor Esteban del PNV.
Una de las imágenes más significativas que dejó el debate a siete celebrado este 1 de noviembre de 2019 se produjo justo a la finalización del mismo.
Cuando el presentador y moderador Xabi Fortes, alias 'El Lechero', despidió el espacio y la realización conectó con la cámara aérea, se pudo observar cómo los políticos se saludaban entre ellos. Aunque con una excepción.
Aitor Esteban, con una falta de educación notable, negó el saludo a Iván Espinosa de los Monteros.
El dirigente de Vox estrecho en primer lugar la mano a quien tenía a su lado derecho, Cayetana Álvarez de Toledo, y posteriormente se acercó a saludar a su otro vecino de atril, el peneuvista Esteban.
Éste, miembro de un partido que lleva décadas prosperando sobre la sangre que derramaban los terroristas de ETA, hizo que no veía a Espinosa, quien al instante, viendo la jugada como se observa en las imágenes, le hizo un gesto con la mano de esos que se hacen para mandar a un pesado a la mierda o en el mejor de los casos a escardar cebollinos, que es actividad que debe ser muy habitual en los peneuvistas vascos.
Espinosa sí saludó al resto de los compañeros de debate sin ningún problema, Gabriel Rufián, Irene Montero, Adriana Lastra e Inés Arrimadas le devolvieron el saludo con cordialidad y naturalidad.
Nada que ver con la actitud del patodo Aitor Esteban.
A la hora de buscar explicaciones a tamaña descortesía, hay quien sugiere que Aitor Esteban se tomo muy mal el retrato que Espinosa hizo durante el debate de Sabino Arana, el fundador del PNV.
El portavoz de Vox leyó algunas de las frases "homófobas y racistas" que Arana dejó dichas para la posteridad.
Esteban, enfadado, calificó a vox de "fascista y franquista", pero no rebatió ninguna de las documentadas frases que Espinosa le recordó.
Aitor Esteban había asegurado apenas unos segundos antes en el mismo debate:
"nosotros respetamos a todos, aunque no piensen como nosotros".
Poco tardó en desdecirse a sí mismo.
¡Manda huevos!
Una de las imágenes más significativas que dejó el debate a siete celebrado este 1 de noviembre de 2019 se produjo justo a la finalización del mismo.
Cuando el presentador y moderador Xabi Fortes, alias 'El Lechero', despidió el espacio y la realización conectó con la cámara aérea, se pudo observar cómo los políticos se saludaban entre ellos. Aunque con una excepción.
Aitor Esteban, con una falta de educación notable, negó el saludo a Iván Espinosa de los Monteros.
El dirigente de Vox estrecho en primer lugar la mano a quien tenía a su lado derecho, Cayetana Álvarez de Toledo, y posteriormente se acercó a saludar a su otro vecino de atril, el peneuvista Esteban.
Éste, miembro de un partido que lleva décadas prosperando sobre la sangre que derramaban los terroristas de ETA, hizo que no veía a Espinosa, quien al instante, viendo la jugada como se observa en las imágenes, le hizo un gesto con la mano de esos que se hacen para mandar a un pesado a la mierda o en el mejor de los casos a escardar cebollinos, que es actividad que debe ser muy habitual en los peneuvistas vascos.
Espinosa sí saludó al resto de los compañeros de debate sin ningún problema, Gabriel Rufián, Irene Montero, Adriana Lastra e Inés Arrimadas le devolvieron el saludo con cordialidad y naturalidad.
Nada que ver con la actitud del patodo Aitor Esteban.
A la hora de buscar explicaciones a tamaña descortesía, hay quien sugiere que Aitor Esteban se tomo muy mal el retrato que Espinosa hizo durante el debate de Sabino Arana, el fundador del PNV.
El portavoz de Vox leyó algunas de las frases "homófobas y racistas" que Arana dejó dichas para la posteridad.
Esteban, enfadado, calificó a vox de "fascista y franquista", pero no rebatió ninguna de las documentadas frases que Espinosa le recordó.
Aitor Esteban había asegurado apenas unos segundos antes en el mismo debate:
"nosotros respetamos a todos, aunque no piensen como nosotros".
Poco tardó en desdecirse a sí mismo.
¡Manda huevos!