Sucedió en Olonets, una ciudad rusa cerca a San Petersburgo, cuando un oso atacó a su domador durante una actuación. Uno de los organizadores explicó que el oso pudo reaccionar así por los flash de las fotos que se hicieron desde el público. El animal fue reducido por un dispositivo eléctrico mientras que el domador sufrió heridas en la cabeza y el cuello.
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