La campaña de la división entre bloques

Parten como favoritos, e incluso sueñan con un gobierno en solitario. Pedro Sánchez, el candidato socialista, lo ha dicho en cada mitin: "Que este país continúe avanzando", que "hay una tendencia que es la de involucionar", que "quien quiera futuro tiene que votar al Partido Socialista". "O volvemos atrás", sentencia. Ha sido el leitmotiv de su campaña. La de Unidas Podemos, que eso, que todavía pueden. "Que nos den una oportunidad. Una sola", decía Pablo Iglesias. "Y si después de esos cuatro años no hemos conseguido cambiar nada, no nos voten nunca más", remataba en el debate. Debate, sí. Primero uno, luego ninguno, finalmente dos. "¿Lo escuchan? Es el silencio", decía Albert Rivera, de Ciudadanos, en su minuto de oro. Y sí, triunfó más la puesta en escena que las propuestas en una carrera que, lo esperado, todos ganaron. Como todos los aspirantes llaman a la participación. "Si os quedáis en casa, sigue Sánchez y manda Torra", remataba el candidato naranja. División que no quieren del electorado. "No nos pisemos la manguera", indicaba gráficamente Pablo Casado. Cada uno abanderado del famoso voto útil. "Necesitamos unir el voto y luego ya hablaremos con el resto de partidos", decía el candidato del PP. "Pero que tenga cuidado con esta cantinela del voto útil, porque a lo mejor ya estamos por delante de ellos", respondía el de Vox, Santiago Abascal. En una campaña no sin tensión... Y con distensión también. Que si una partida de billar, que si un paseo en moto, que si moto es más grande, que si me llevo al perro, que si mi perro es más listo... Escenarios, y más en Semana Santa, de todo tipo. Hasta la cárcel para los candidatos independentistas. "Ni por acción ni por omisión facilitaremos un Gobierno de extrema derecha en el Estado español", avanzaba desde prisión Oriol Junqueras. El PNV también se apunta. "Tiene que estar ahí para decirle al PSOE no, así, no", puntualizaba Aitor Esteban. Pactos que se barruntan, pero se verá. "Ya hablaremos de qué ocurrirá el lunes", concluía Sánchez. Y el lunes, lo que sea, se será.