Insomnio: Pastillas para dormir
  • hace 6 años
Si en su anhelo (y necesidad) por tener un sueño de calidad y reparador opta por recurrir a la ayuda de pastillas para dormir, mentalícese de que lo que conseguirá será “un sueño artificial, que ni objetiva ni subjetivamente será tan reparador como el sueño natural”, según asegura Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS). “Al menos, mi cerebro descansará”, argumentará usted. En efecto, pero principalmente durante los primeros meses que tome la pastilla. “Con el tiempo, el efecto de inducir al sueño se va perdiendo. Y se vuelve muy parecido a no tomar nada”, añade el experto. Es decir, tomar pastillas para dormir entraña riesgos (un sueño de peor calidad y un efecto menguante), pero peor es el daño que sufre el cerebro durante los episodios de insomnio. Un estudio internacional publicado en Sleep ha encontrado que la dificultad para mantener el sueño provoca alteraciones cerebrales que favorecen una merma de las capacidades mentales. Por esta razón, el director del IIS confirma que, de manera puntual, no hay duda (ni es discutible) de que los fármacos para dormir son beneficiosos para algunas personas. “El problema es que su uso no es esporádico. Y de aquí viene la alarma”, zanja.
Si cumple estas normas y necesita ayuda química durante una etapa muy concreta para conciliar el sueño, la elección habitual será un fármaco hipnótico de las llamadas benzodiacepinas porque, sin ser inocuos, sus efectos secundarios son menos importantes que los de los antihistamínicos o antidepresivos (que también ayudan a conciliar el sueño). Los primeros días de tomar la pastilla (bajo receta médica) le parecerá un sueño levantarse como nuevo. “Durante la primera semana, prolongan el tiempo de sueño a costa de mantenerlo en un estadio intermedio, como es el de fase II”, explica Diego García-Borreguero. Su efecto principal “consiste en causar amnesia retrógrada, es decir, no recordar nada de lo que ha sucedido mientras el fármaco ha estado actuando”, indica el experto. De hecho, “no es extraño que una persona que tome benzodiacepinas se despierte por la noche tanto como cuando no las tome, pero no recuerda nada”.
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