Para mis dos hijos Aldo Jareth y Aldo Roldán. En esta vida o cualquier otra, espero poder abrazarlos de nuevo a ambos. El hombre no vive en base a la interpretación de los demás. Somos lo que hacemos y lo que hacemos puede ser juzgado en su totalidad al paso de los años. Nunca por lo que opine o diga alguien basado en su limitada visión de una impresión o un breve contacto.
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