Qayara (Irak), 29 jul (EFE).- (Imagen: Azza Guergues) Cuando Fatma, de 26 años, salió huyendo de su pueblo, al sur de Mosul, por los combates entre las fuerzas iraquíes y los yihadistas, llevaba en sus brazos a su hija Maha, de cuatro meses, quien sufrió malnutrición severa, porque su madre, como muchas otras desplazadas, se quedó sin leche para darle el pecho.
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