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  • 12/5/2017
Madrid, 12 may (efesalud.com). El doctor José Benítez Molina, experto en salud sexual masculina y director médico de Boston Medical Group, interviene en este videoblog para centrar el problema de la eyaculación precoz, un trastorno de origen psicogénico en un 98% de los casos que impide la culminación del placer sexual en las relaciones de pareja.

"Cuando somos adolescentes y empezamos a tener relaciones sexuales es muy difícil saber cómo debería ser una relación sexual libre, sana y segura; ideal. Al no tener experiencia, los jóvenes desconocen que existen patologías que afectan a sus órganos sexuales", expone.

La eyaculación precoz (EP) es un trastorno muy frecuente en el varón y "para muchos es difícil identificarla o entenderla", señala.

Una estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU) estableció lapsos promedio del coito: "demasiado corto" (de 1 a 2 minutos); "adecuado" (de 3 a 7 minutos); "deseable" (de 7 a 13 minutos); y "demasiado largo" (de 10 a 30 minutos).

Según avalan los datos de la Sociedad Europea de Medicina Sexual, la EP afecta a uno de cada cinco hombres, aunque solo el 15% de ellos acude al médico. Se calcula, también, que entre un 30% y un 40% ha tenido o tendrá algún episodio a lo largo de su vida. Además, el 98% de los casos tienen origen psicológico.

¿Pero, qué es la eyaculación incontrolada y prematura?

"Se produce cuando una mínima estimulación sexual imposibilita continuar la masturbación o una relación coital. El varón satisface su necesidad física involuntariamente y su pene pierde la rigidez imprescindible para que su pareja alcance el orgasmo mediante la penetración", dice.

Este reflejo eyaculatorio se basa en una saturación de estímulos en el cerebro.

"La clave está en los neurotransmisores, principalmente la serotonina. Al cumplir su nivel de saturación, estas sustancias provocan la eyaculación desde los testículos pasando por la próstata, la uretra y por los conductos que contienen el semen", describe.

Existen dos tipos: la primaria, cuando ha estado presente a lo largo de la vida sexual del hombre, y la secundaria, que aparece relacionada con la disfunción eréctil y con infecciones en los testículos o en la uretra.

En ocasiones, la EP secundaria surge por algún evento traumático, como un divorcio o una etapa de gran estrés laboral.

¿Y cuáles son sus síntomas?

"La eyaculación se produce antes de la penetración, durante los prolegómenos, o segundos después; incluso se considera eyaculación precoz si la satisfacción masculina se alcanza antes de los dos minutos de coito, aunque esta barrera temporal dependerá también de las necesidades vitales de cada pareja", observa el doctor José Benítez.

El ciclo sexual de los hombres pone en relación los minutos de la relación y grado de excitación.

"La primera fase es el deseo. Se trata de la estimulación física y psicológica que impulsan la libido. Entra en juego la testosterona, hormona sexual que aumenta los deseos y la excitación sexual", explica.

"Los genitales se agrandan, debido al flujo sanguíneo, y se produce la erección del pene. Aumentan el ritmo cardiaco, la presión arterial y la respiración", añade.

"La segunda fase es la de la meseta. Es una prolongación de la fase anterior pero con una excitación mayor. Físicamente, los testículos crecen y se acercan al cuerpo", define.

"La tercer y última fase es la del orgasmo. Contracciones y espasmos musculares en todo el cuerpo, especialmente en los genitales, y finalmente el PNR (Punto de no retorno), cuando se eyacula y se llega al orgasmo", concreta.

Después llega el periodo refractario, en el que el cuerpo recupera paulatinamente la normalidad.

"Cuando un hombre padece de eyaculación precoz tiene una fase de meseta muy recortada. El control eyaculatorio es insuficiente para satisfacer a su pareja y, psicológicamente, a sí mismo", determina.

Los tratamientos clásicos contra la EP son los antidepresivos tricíclicos e inhibidores de la recaptación de serotonina.

"Al ser medicamentos antidepresivos tienen efectos secundarios. Como en cualquier enfermedad, se necesita la prescripción médica. Cada paciente obtendrá una dosis personalizada, adaptada a sus necesidades", apunta.

A la vez, se emplea terapia cognitiva conductual, que vincula pensamiento y conducta, siempre guiada por un psicólogo clínico o un terapeuta sexual.

Para el doctor José Benítez lo que importa, en cualquier caso, no es el cronómetro digital del coito, sino que los varones afectados, deprimidos, acudan a su especialista; mejor si van acompañados de sus parejas.

"Si tenemos dudas sobre el control eyaculatorio, cuando nos masturbamos o cuando tenemos relaciones sexuales con otra persona, hay que acudir al especialista en salud sexual masculina cuanto antes. Vuestro médico de confianza pondrá fin y remedio al mal que os aflige de noche y de día", concluye.

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