La participación de España en la Guerra de Vietnam
  • hace 7 años
Morata de Tajuña (Madrid), 22 feb (efesalud.com). En abril de 1966 un joven capitán médico recibió una llamada imprevista del capitán general de Granada, quien le dijo: "Se está creando una misión para Vietnam y España va a enviar una unidad sanitaria. Siendo usted soltero le considero voluntario".

El capitán José Linares Fernández, dermatólogo y cirujano, tío carnal del actual general médico Manuel José Guiote Linares, jefe de la Brigada de Sanidad del Ejército de Tierra español, se quedó atónito y solo pudo responder: "Por supuesto, mi general, soy voluntario".

Así fue uno de los 13 reclutamientos de los militares españoles, cinco médicos, siete practicantes y un enlace de intendencia, bilingüe en inglés, que participaron en la Guerra de Vietnam desde septiembre de ese mismo año hasta octubre de 1971; cinco años de misión secreta en la que llegaron a participar más de cincuenta sanitarios.

La España del dictador Francisco Franco, interesada en volver a la esfera internacional y congratularse con occidente, decide participar en esta guerra bajo el paraguas de la coalición denominada Ayuda Militar del Mundo Libre, decisión que habían tomado otros países, como Gran Bretaña o la mismísima Alemania.

El general médico Guiote, sobrino del entonces capitán médico Linares, rememora este episodio histórico poco o nada conocido.

"Les asignaron su labor médica en un hospital en la ciudad de Go Cong, en el delta del Mekong, a unos 45 kilómetros de Saigón, la capital de un país empobrecido", señala.

Después de asimilar, nada más bajar del avión, para qué valían las telas metálicas que recubrían las ventanillas de los vehículos (https://goo.gl/VdnXup), y tener un "encontronazo" por la uniformidad (los norteamericanos pretendían que vistieran su uniforme, emblemas y divisas), lo primero que aprendieron fue una frase salvadora: "We are not americans (No somos americanos).

"Fue vital que no les confundieran por su complexión, su color o por la nariz larga. Les hubieran matado a la mínima oportunidad", dice el general.

Pudieron comprobarlo al menos en dos ocasiones.

"Tras asistir como invitados a una fiesta del 18 de julio, cayeron en una emboscada. Les perdonaron la vida porque el vehículo estaba identificado por Sanidad Militar Española".

"Durante la ofensiva del Tet, en 1968, las fuerzas vietnamitas del norte tomaron el hospital para liberar a los presos heridos. No tomaron venganza contra los médicos españoles".

En los dos primeros años de la misión los españoles no atendieron a heridos norteamericanos.

"Seguían sus normas y, además, no confiaban en la calidad de los médicos extranjeros -señala el general-. La suspicacia se solucionó una vez que comprobaron la profesionalidad y pericia de los nuestros".

Se dedicaron a salvar a los prisioneros, soldados o guerrilleros, y a labores de ayuda humanitaria.

"Heridos por bombas de napalm o por minas enterradas, mujeres embarazadas y, sobre todo, a niños que padecían infecciones por difteria, fiebres tifoideas, paludismo, parasitosis intestinales, disentería o diarrea".

El capitán médico Linares, experto en cirugía plástica y reparadora, realizó, además, cuantiosas intervenciones para solucionar el labio leporino en muchos bebés, niños y jóvenes (hendidura en el labio superior por un mal desarrollo fetal).

La misión fue bastante secreta hasta que un periodista del diario Pueblo, José María Gironella, escribió una serie de reportajes y un libro (En Asia se muere bajo las estrellas).

"En alguna de su crónicas trasladó las quejas de los españoles, que se sentían abandonados, algo que sentó muy mal a nivel político en España. A partir de entonces la situación cambió para mejor", atestigua el general Guiote por lo que le contó su tío José Linares.

Tanto fue así, que el propio Franco les regaló en Navidad "dos botellas de cognac firmadas por él mismo y una caja de puros".

En cambio, los americanos le concedieron a su tío la "Estrella de Bronce" del Ejército estadounidense, similar a la Cruz de Guerra o la Medalla Militar al Valor en España.

"Querían condecorarle en un acto público, pero el Gobierno decidió que no era procedente. Se hizo a puerta cerrada porque en aquellos momentos España empezaba a tener relaciones más estrechas con la Unión Soviética y no quiso que se visualizara su participación en la Guerra de Vietnam".

Para concluir, el general médico Guiote, acompañado de oficiales, suboficiales y tropa de la BRISAN en una marcha por las colinas de Morata de Tajuña, considera que "aquellos españoles fueron entonces unos magníficos embajadores de un país aislado en el mundo".

La marcha recorrió lugares emblemáticos de la Batalla del Jarama de la Guerra Civil en recuerdo de los miles de soldados nacionales y republicanos, muchos de ellos brigadistas norteamericanos y británicos, que cayeron heridos o muertos por la Libertad en tierra de nadie.

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