El fabricante de automóviles estadounidense cerró el año pasado con unos beneficios netos de 4.600 millones de dólares, 4.305 millones de euros, concretamente un 38% menos que el año anterior.
No obstante Ford achacó este retroceso a un cargo extraordinario de 3.000 millones de dólares relacionado con su plan de pensiones. Dicho cargo es consecuencia de un cambio en la contabilidad de las pensiones para reconocer pérdidas o ganancias en el mismo año en el que se producen y no incorporarlas gradualmente en los resultados como se hacía hasta ahora.
Sin embargo, la facturación de la copañia él año pasado se situó en 151.000 millones de dólares, un 1,5% más que en 2015, y la venta de vehículos alcanzó los 6,65 millones en todo el mundo.